Castilla y León, la comunidad con menos interrupciones voluntarias del embarazo
Castilla y León es, junto con La Rioja, la comunidad autónoma en la que se registró menos interrupciones voluntarias del embarazo en 2016, según datos publicados por el Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad.
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En Castilla y León la tasa fue de 6,05 casos por cada mil habitantes y en La Rioja, de 6.04. En las ciudades autónomas de Ceuta y Melilla se registraron 5,06 interrupciones por cada mil habitantes.
La cifra total de interrupciones en 2016 fue de 93.131, lo que supone 1.057 menos que el año anterior, y el quinto descenso anual consecutivo desde que entró en vigor la ley de 2010.
No obstante, las tasas más altas por cada mil habitantes se contabilizaron en Baleares (13,30), Cataluña (12,80), Madrid (12,51) y Asturias (12,32).
Se trata de la tercera estadística hecha pública tras la entrada en vigor de la reforma de la ley del aborto de septiembre de 2015, que impide a las menores de 18 años interrumpir su embarazo sin el consentimiento paterno.
Frente a las 10.012 mujeres menores de 20 años que interrumpieron su embarazo en 2015, 9.781 lo hicieron en 2016, 231 menos, lo que se traduce en una bajada del 2,31 por ciento-
La tasa de incidencia ha disminuido en el grupo de 19 y en el de menos años de 19, que se situó en el 8,97 por ciento; pero se incrementaron ligeramente en los de 20-24 años (16,72), 25-29 años (15,41); 30-34 años (12,34) y 35-39 años (8,89), mientras que el de 40 y más años permanece igual (3,80).
Asimismo, el 69,77 % de las mujeres de 15 a 44 años abortaron en gestaciones de 8 o menos semanas, porcentaje que se reduce al 63,96 por ciento en las menores de 20, un grupo que en el 34,86 % de los casos no utiliza ningún método anticonceptivo.
Casi nueve de cada diez mujeres, el 89,67 por ciento, interrumpieron su embarazo a petición propia; del resto, un 6,38 por ciento, lo hicieron por grave riesgo para su salud, el 3,61 por ciento por anomalías del feto y el 0,34 por anomalías fetales incompatibles con la vida o enfermedad extremadamente grave e incurable.
La inmensa mayoría de interrupciones (88,26 %) se produjeron en centros privados (concertados o no), y solo el 11,73 por ciento tuvo lugar en uno público.
Según la estadística, el 23.66 por ciento de las mujeres vivían solas, ya sea con o sin hijos, y el 48,53 por ciento lo hacía con la pareja, y la mayoría (el 65,79 %) tenía nacionalidad española, de las que el 64,52 por ciento había nacido en nuestro país.
Por último, y en relación con el nivel de instrucción, descendió el porcentaje de analfabetas/sin estudios al situarse en un 1,61 por ciento frente al 1,65 por ciento en 2015, las de primer grado (16,25 por ciento frente al 16,90 por ciento), bachillerato y ciclos de FP y equivalentes (27,34 por ciento frente al 27,92 por ciento).
