Le estafan 17.700 euros a un anciano de Almazán con el timo del tocomocho
Extrajo dinero de varias cuentas bancarias
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Un vecino de Almazán, de 82 años de edad, ha denunciado en el cuartel de la Guardia Civil haber sido víctima del conocido como timo del tocomocho con el que le habían estafado 17.700 euros.
En la denuncia, según ha informado hoy la Subdelegación del Gobierno en la provincia, el perjudicado ha explicado que dos hombres, de nacionalidad española por su acento y de entre 25 a 30 años, pelo corto y moreno, le ofrecieron billetes premiados de la ONCE a cambio del mencionado dinero.
El proceso del timo comenzó sobre las 13:00 horas de ayer jueves, en la calle de la Cuesta de Jesús, en Almazán, cerca del puente sobre el río Duero.
Uno de los jóvenes, que dijo ser analfabeto y que simulaba no entender muy bien lo que se le decía, abordó al estafado, que es soltero, y le enseñó unos billetes de la ONCE que dijo que estaban premiados y que no sabía qué hacer para cobrarlos.
Enseguida se acercó a ellos el otro joven que se presentó como trabajador de una oficina de una empresa de seguros de la localidad y que confirmó que estos billetes estaban premiados.
Entre los dos convencieron al anciano de que, a cambio de una cantidad muy inferior a la del premio, se podría quedar con los billetes.
BANCOS
El gancho propuso aportar la misma cantidad para entregársela al que se hacía pasar por analfabeto y repartirse el dinero de los billetes con el estafado una vez cobrado el premio.
El vecino de Almazán, que llegó a montarse en el vehículo de los dos jóvenes varias veces, se dirigió a una entidad bancaria, donde sacó de su cuenta 6.000 euros con el pretexto, para lo que le aleccionaron los propios delincuentes, de que tenía que pagar unas obras en su casa.
Después se dirigió a otra entidad bancaria y, con el mismo argumento. sacó otros 6.000 euros.
A los dos estafadores no les pareció suficiente y lo convencieron para que les diese otros 2.700 euros que tenía en su casa.
Como vieron que tenían a la víctima completamente a su disposición, le insistieron para que volviera a una de las entidades bancarias en la que ya habían estado para que, con el excusa de que se había equivocado en la cantidad y que las obras costaban más dinero, le diesen otros 3.000 euros.
Con los 17.700 euros en su poder, el que ejercía el papel de gancho, convenció al anciano de que fuese a comprarle un bocadillo al que se hacía pasar por tonto mientras cobraba el premio de la ONCE y ya no los volvió a ver.