TRIBUNA / Cerro de los Moros. Asociaciones, alegaciones, preguntitas y articulitos
Ricardo Mínguez contesta en este artículo de opinión a las continuas e injustificadas críticas que, a su juicio, realiza Saturio Hernández a la labor de unas asociaciones que han trabajado y trabajan, con argumentos técnicos y legales, con la única finalidad de impedir la aprobación de cualquier proyecto tendente a la urbanización del Cerro de los Moros.
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TRIBUNA / Cerro de los Moros. Asociaciones, alegaciones, preguntitas y articulitos
Publica El Mirón del 6 de septiembre una Tribuna de Saturio Hernández de M. plagada de sandeces y dedicada, como casi todas las precedentes, a intentar desprestigiar a unas asociaciones cuya única falta ha sido (al menos en lo que al Cerro de los Moros se refiere) hacer durante tres años todo aquello que el señor Hernández de M. dice que debiera hacerse: formar “una conciencia crítica de la sociedad”, o, cuando menos, intentarlo poniendo los medios, el trabajo y los dineros precisos para tan ardua y difícil empresa.
E insiste en la misma cantinela en Tribuna publicada el 26 de septiembre. Como son ya muchas las Tribunas publicadas en ese mismo sentido, es llegado el momento de abandonar el silencio y dar una mínima respuesta a tanta gratuita y necia tabarra.
Sin ánimo de polemizar sobre el tema, sino únicamente con la intención de aportar a los lectores información sobre el mismo, me he decidido a escribir estas líneas que espero sitúen a cada cual en el lugar adecuado de cara a la opinión pública.
Estas “asociaciones de todo pelaje” (en expresión lastimosa y llena de rencor del Sr. Hernández de M.) han hecho, de cara a la sociedad, lo siguiente: un sinfín de publicaciones críticas sobre las declaraciones y actuaciones municipales en los periódicos digitales y en papel, entrevistas con el mismo fin en radio y televisión, conferencias de expertos en urbanismo y medio ambiente, montaje de mesas informativas, convocar y celebrar concentraciones reivindicativas y actos populares en el mismo Cerro, obtener la publicación de artículos críticos sobre el proyecto de personalidades de la cultura en la prensa nacional, etc. etc. En fin, todo aquello que permite transmitir a la sociedad el contenido de la propuesta de destrucción del Cerro de los Moros mediante una salvaje operación especulativa para su urbanización, que, a la vista de los hechos, es triste recordarlo, cuenta con la bendición del gobierno municipal. Y, con demasiada frecuencia, frente a las múltiples dificultades para lograrlo.
Al margen de esas actuaciones públicas, esas asociaciones ( ASDEN-Ecologistas en Acción-, Hacendera, Amigos del Museo Numantino, Soria por el Futuro y Sostenibilidad y Patrimonio Cultural, desde luego con varios cientos de asociados y no los tres o cinco que dice el Sr. Hernández de M.) han promovido y participado en todas las opciones legales posibles para detener el bárbaro proyecto.
Han asistido y participado con voz crítica en el único Consejo de Urbanismo convocado por el Ayuntamiento para presentar el proyecto, han exigido al Ayuntamiento el cumplimiento de la legislación sobre transparencia solicitando todos los documentos oficiales del expediente, han intentado arrancar al Alcalde en los Plenos alguna manifestación sobre la estrategia que sigue -si la hubiera- el Ayuntamiento, han presentado sustanciales alegaciones en el proceso de información pública del proyecto (alegaciones, dicho sea de paso, que el Ayuntamiento no ha contestado aunque el plazo para hacerlo se ha superado con creces, y que implican sin lugar a dudas la nulidad del expediente). Queda, claro está, la casi segura acción en los Tribunales de Justicia una vez se pronuncie la Administración sobre el proyecto, para lo cual sería una valiosa ayuda la colaboración intelectual y económica del Sr. Hernández de M.
Y todo eso tiene un considerable coste económico soportado por las asociaciones sin ninguna ayudita oficial. ¿Con qué títulos se permite el Sr. Hernández de M. afirmar que a la hora de la verdad esas “asociaciones de todo pelaje” no pondrán un euro? Podría informarse de los numerosos pleitos iniciados por esas asociaciones para defender la legalidad urbanística o el medio ambiente. Podría.
Al Sr. Hernández de M. le molesta que se haya podido sugerir una solución para el conflicto del Cerro de los Moros que limitara la edificabilidad a las dos zonas de borde ya urbanizadas, con una o dos filas de edificios de un máximo de tres alturas. Si se hubiera dado un paseo por esos terrenos habría podido comprobar que tal solución sería perfectamente compatible con la preservación como rústicos de todos los terrenos que podrían calificarse como BIC en la margen derecha del Duero. En este conflicto las asociaciones ponen sus esfuerzos en salvar de la especulación urbanística los terrenos con valores paisajísticos o culturales, no en impedir cualquier negocio inmobiliario.
Y ¿qué ha hecho el Sr. Hernández de M. además de publicar continuas diatribas contra esas “asociaciones de todo pelaje”? Nada que se sepa. Tampoco nadie le ha visto en las concentraciones populares para reivindicar una decente resolución sobre el Cerro de los Moros. Tampoco parece que se haya molestado en estudiar las alegaciones presentadas al proyecto, aunque sí se pronuncia sobre su inutilidad. Son documentos que pueden facilitarse a cualquier persona interesada en su conocimiento. ¿Ha presentado él alguna alegación?
También se permite el Sr. Hernández de M. ironizar despectivamente sobre las “preguntitas” formuladas al Alcalde en los Plenos del Ayuntamiento (que no son precisamente “reuniones de plural contenido”) y sobre las vanas esperanzas de obtener respuestas del “almirante de mano de hierro”. Naturalmente que es sabido que nunca se logrará una respuesta concreta de tal personaje; su desprecio a las opiniones críticas sobre las actuaciones municipales es cosa sabida. Pero también es cosa sabida que su falta de respuestas es un riquísimo precedente para posibles futuras acciones, ¿o no? El Sr. Hernández de M. debiera saber que toda respuesta, incluso el silencio, aunque no conteste expresamente a la pregunta, contiene una contestación escondida que hay que saber encontrar. Y en el caso del Cerro es bien sencillo.
En resumen, que el criticar al contrario y no a sus argumentos es táctica bien conocida de quien sabe que la razón está en esos argumentos. Destruir o desprestigiar al contrario con ataques personales cuando se carece de argumentos para rebatir sus opiniones o datos. ¿No está actuando así el Sr. Hernández de M.? Convendría saber a qué carta juega realmente con sus inacabables y, casi siempre, ininteligibles “articulitos”. ¡Qué diferencia aquellos primeros artículos con la acertada y aplaudida sentencia: “ni un metro ni un euro”!
Dicho queda lo anterior. Sin el menor ápice de rencor y con la esperanza de volver a encontrar en futuras Tribunas de Saturio Hernández caminos de entendimiento sin descalificaciones gratuitas. Por cierto, no pertenezco a ninguna de las citadas “asociaciones de todo pelaje”, aunque sí me cabe el honor de colaborar con ellas de forma activa en los asuntos que incumben a Soria.
Fdo. Ricardo Mínguez Izaguirre