Ágreda se sumerge en el medievo con boda real
Ágreda se ha sumergido este fin de semana en el medievo, con la recreación de la única boda real que ha tenido como escenario la provincia de Soria: los desposorios del rey de Aragón, Jaime I "el Conquistador" y la infanta Leonor de Castilla.
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La recreación de esta boda se viene realizando desde el año 2014.
Como en años anteriores, más de un centenar de recreacionistas han llegado a la Villa de las Tres Culturas desde toda España para rememorar, con rigor histórico, durante este fin de semana, este enlace real.
Al acto central de matrimonio, le han acompañado otros actos como cargas de caballería militar, lizas y escaramuzas, la presentación de arras, la vida civil y militar en un campamento de la Edad Media, un espectáculo árabe, talleres de arqueococina, etc., que han sumergido en otra época a Ágreda y los visitantes que han decidido seguir esta recreación.
La boda real tuvo como escenario la iglesia de Nuestra Señora de la Peña el 6 de febrero de 1221 y tenía como objetivo la alianza entre los dos reinos: Aragón y Castilla.
Leonor, por consejo de su hermana la reina Berenguela de Castilla, contrajo matrimonio con el rey aragonés Jaime I el Conquistador, cuando éste tan sólo tenía 13 años.
Los contrayentes, con una diferencia de edad notable, (13 años el rey y 30 la infanta) tuvieron un hijo que nunca llegó a reinar al fallecer antes que su padre, Jaime I.
El matrimonio fue anulado por el Papa Gregorio IX en 1229 a petición del esposo, que alegó impedimento de parentesco.
Tras la anulación de su matrimonio con el rey de Aragón, la reina Leonor se retiró al reino de Castilla, donde falleció en el Monasterio de las Huelgas, en Burgos.
En 1234, en una entrevista mantenida en el monasterio de Santa María de Huerta, que la reina Leonor había fundado en 1233, en la frontera entre los reinos de Castilla y Aragón, entre Fernando III el Santo, sobrino de la reina Leonor, y el rey Jaime I, se acordó que la reina Leonor, mientras no se desposase de nuevo, recibiría la villa y castillo de Ariza y que mantendría todas las tenencias y usufructo que le correspondían como dote que había recibido en el reino de Aragón.
El rey aragonés también se comprometía a no separarla de su hijo, el infante Alfonso. que se hallaba junto a ella.