El palacio del Condestable recobra vida
El palacio del Condestable de Berlanga de Duero ha recobrado vida. Lo ha hecho gracias a la recreación realizada por la Asociación de Amigos de Berlanga, que permite una visita virtual a este edificio en una exposición ubicada desde el sábado en la torre.
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La exposición cuenta la historia de este palacio, arrasado por las tropas napoleónicas en 1811, y conocer el valor y la importancia que tuvo.
La reconstrucción virtual en 3D con animación facilita la visita a todas las depedencias de esta palacio.
La exposición, instalada en las dos plantas principales de la torre del Palacio, es el resultado de las investigaciones llevadas a cabo en torno al edificio en los últimos años, po run equipo multidisciplinar.
El visitante se encontrará en la primera planta de la torre el audiovisual que ofrece el recorrido virtual por las dependencias del Palacio.
Paneles explicativos ofrecen información sobre el palacio, desde su construcción en el siglo XV hasta su destrucción en el siglo XIX, y sobre los personajes ilustre que se alojaron en sus dependencias, desde los reyes Felipe II y Felipe IV hasta María Luisa de Orleans, entre otros.
Los detalles del palacio se pueden conocer en la segunda planta, donde se han instalado maquetas.
En definitiva, la visita es un viaje al pasado donde se puede aprender cómo se vivía en el palacio.
Por ejemplo, a la bodega, situada en la planta baja del palacio, se accedía por una puerta dispuesta al sureste del patio central, que daba acceso a una serie de escalones y, finalmente, a una sala cuadrada provista de una pequeña ventana abocinada al exterior del palacio.
La bodega era un espacio que, como en las bodegas actuales, permitía guardar un amplio grupo de objetos de almacenaje de alimentos, vino, conservas, curados, herramientas que se usasen poco, como en el caso de la matanza, y sus útiles.
Juan de Tovar, señor de Berlanga desde 1528, fue el promotor de las obras de este palacio.
Sus padres María e Íñigo ya habían comenzado la construcción de un palacio junto a la colegiata, pero esta obra quedó inconclusa tras su muerte y Juan decidió construir el edificio palaciego en un lugar más destacado y espacioso desde el que se pudiera contemplar su esplendor.
Su distribución en tres plantas con una galería superior era muy característica de la arquitectura palaciega y de las villas ducales del siglo XVI.
Sobre el arco adintelado de la portada principal se encuentra un panel con el escudo de armas de los Tovar y de los Enríquez, correspondiente a Juan de Tovar y su mujer Juana Enríquez, junto con la leyenda “SAPIENTIA AEDIFICABITUR DOMUS, ET PRUDENTIA ROBORABITUR”, respondiendo al característico programa de exaltación del linaje promotor de la obra.
Gracias a diferentes estudios la asociación de Amigos del Castillo han conocido que contaba con un gran pretil delante de la fachada desde donde se accedía por la puerta principal a un amplio zaguán, antesala de un patio central de columnas.
Este patio, eje desde donde se distribuía todo el palacio, contaba con dos alturas con una galería inferior tenía columnas de piedra con arcos de medio punto y una superior zapatas y dinteles de piedra.
El acceso al piso principal por el patio se hacía a través de una escalera monumental situada en un lateral del mismo.
El piso principal albergaba las estancias más destacadas del palacio, como los salones o dormitorios.
Desde este piso se podía acceder a los magníficos jardines situados a levante del palacio, distribuidos en cinco alturas, adornados con fuentes y estatuas y regados por dos ingeniosas norias.
Las excavaciones arqueológicas han hecho posible conocer y corroborar estos datos, a la vez que comprobar que bajo el suelo del solar del palacio todavía se conservan muros de hasta 3 metros de altura.
Asimismo, conocemos mejor cómo era la vida cotidiana de los habitantes del palacio, tanto de sus dueños como del servicio, gracias a los restos materiales hallados, tales como vajilla, vidrio, objetos decorativos o incluso restos de papel.