TRIBUNA / Idiota, glisofato, más que glisofato
Ángel Coronado, al hilo de la denuncia de la utilización de glisofato en los alcorques de Soria capital, censura la ignorancia o/y estupidez de quien ha permitido que se esparza este veneno por la ciudad, poniendo en peligro la salud de sus ciudadanos, al ser cancerígeno.
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Ochenta firmantes no son pocos pero habrían de ser más. Prefiero al ignorante que al potencial asesino y sostengo que bien se puede ser de los primeros sin serlo en absoluto, y de ninguna forma, de los segundos. Desconozco también si la decisión de esparcir veneno en los alcorques de la ciudad de Soria es de alguien en concreto, es decir, de algún ignorante municipal o se debe a quien, aparte de ignorante, es audaz en la ejecución de cometidos que no le corresponden, como el de cuidar los arbolitos de nuestra ciudad, podarlos, regarlos y hacer todo eso que recomiendan los ochenta firmantes del artículo del Mirón publicado el día 3 de los corrientes bajo el título de “ Carta al Director. Glifosato versus “buenas hierbas”
Al ignorante siempre se le puede enseñar. Nos gustaría decirle al ignorante y audaz gestor municipal lo que sin duda ya sabe. Porque si sabe leer, habrá leído el artículo que se cita. No se puede decir más en tan pocas palabras, porque no sobra ninguna. Solo queremos sumarnos a los ochenta firmantes en lo que dicen. Pedimos lo mismo que piden. Proponemos lo que igualmente proponen.
Tan solo nos gustaría felicitar al empleado municipal que facilitase al otro la careta antigás de guerra bacteriológica y pegase las pegatinas al depósito del veneno advirtiendo del peligro. Y felicitamos también a todo el Ayuntamiento en pleno por no haber envenenado la ciudad con alevosía y nocturnidad sino a plena luz del día con toda la trasparencia y la claridad posibles. A todos se nos ocurre la imposibilidad de repartir cuarenta mil caretas antigás para toda la población. Esas caretas no son mascarillas y a nadie se nos oculta lo revuelto que anda el patio de las pandemias y de la salud. Por otra parte la foto de un Collado repleto de paseantes con caretas antigás hubiese dado la vuelta al mundo para volver al Ayuntamiento enriquecidamente venenosa. De cualquier forma que lo mires y de cualquier manera que lo pienses se llega siempre al mismo punto. A menos que niegues un atentado en contra de la salud pública, como es el caso, a tanto más alcanza alza la cota de ignorancia y estupidez.
Ya está dicho. Somos ochenta y un habitantes de Soria, por lo menos ochenta y uno (y habrá muchos más) a los que no se nos puede llamar glifosatos, ignorantes, estúpidos, tontos del haba, negligentes, desaprensivos, pasotas, tarugos, cencerros, idiotas, glifosatos, glifosatos, glifosatos. Repítase lo mismo tanto como se quiera.
Fdo. Ängel Coronado