Ser mujer en Soria (ante este 25-N)
Juana Largo reflexiona sobre la sociedad actual, y en concreto en Soria, que sigue dominada por los hombres, ante la celebración del 25-N, Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer
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Ser mujer en Soria (ante este 25-N)
¿Cómo se demuestra que se es mujer en la provincia esta de Soria?... Ah, algunas chicas que conozco y que trabajan de monitoras en Asovica, se podrían reír mucho con esta pregunta, aunque anden un poco erradas. Porque para significarse como mujer en Soria, no es suficiente con que ellas se consuelen con su “troupe” y se rían mucho y se lo pasen muy bien entre ellas… A lo que vamos es que, eso no es suficiente en Soria para considerarte mujer, e incluso, muchas veces, se demuestra de forma negativa: que si los hombres te manosean, que si abusan, que si te maltratan…, si es que lo denuncias, e incluso aun así te dirán en Soria que eso son “gajes del oficio de ser mujer y que te aguantes porque la sociedad es así, pero que por eso tú no vas a ser más mujer ni más persona que los demás, y que para personas significativas en Soria, ya tenemos a Benito Serrano o a Carlos Martínez o así, que, aunque no entiendan de política y de argumentos, nos tienen montada –tanto a hombres como a mujeres- una dictadura de la ostia”.
Para ser mujer por vía positiva, se requieren otras circunstancias. Al parecer no basta ni con manifestarse el día 25-N por el centro del Collao. El sistema soriano, y por ende, el español, adolece de falta de mujeres significativas y solo las tolera cuando van detrás de la mano de un machote español. Y no basta, pues, en Soria con que vayas a la manifestación de este lunes a las siete y media para que te consideren mujer, porque te pueden considerar una “hembra chillona” que no sabe lo que quiere y se aburre en casa viendo la tele… Los hombres siguen dominando el panorama, incluso como en el caso de una mujer como la que suscribe esta humilde y breve nota para EL MIRÓN DE SORIA. Sucede que, una, declarada “mujer” hace tiempo, concienciada siempre, pero declarada vista al público hace ya bastantes años, no ha conseguido nada significativo nunca, y muy al contrario, siendo mal interpretada e incluso maltratada, incluso por mujeres, en Soria, que no comprendían cómo una persona con aspecto de hombre (yo no tengo la culpa de esto, se lo comunican a juezas y endocrinos y siquiatras) puede comportarse y pedir que se le reconozcan sus derechos de mujer en el Estado español. Me viene muy bien esta nota que estoy redactando para decir que en el Estado español funciona todo muy bien menos la igualdad. Menos funciona en Soria.
Cuando continuamente vas por ahí, por la calle o los lugares de comercio y públicos y les vas diciendo que eres mujer, nadie te hace caso y se fijan (espero que no se fijen tanto ya y que no me sacudan una patada en el culo) en que tu aspecto es de hombre… ¡Vuelta la burra al trigo! Parece ser que hay que demostrarlo, lo que no sé ya es cómo hacerlo yo. Al parecer hay que “no tener paquete”, y ya trato de evitarlo yo de sobras con una conducta que no me lleve a la vía negativa de conocimiento de lo que es una mujer, lo que he dicho al principio pero que ni aun así te respetan las autoridades o ni algunos agentes de autoridad.
Y todo esto, cuando ni en Asovica ni en otras partes te consideran mujer aunque lo manifiestes, me da que pensar en si tendré que ganar un concurso de Eurovisión –aunque ni aun así- para demostrar la identidad de una y que te respeten e incluso tener relaciones con un hombre… O, ya puestas en la vía negativa, si tendré que ser una perra en medio del Collado que se pone en celo con todos los hombres que pasen y así vea el personal de una vez que eres lo que dices que eres, una mujer, desafortunadamente teniendo que recurrir a bajezas para demostrar –algo que no se respeta en España o en Soria- la gran o eterna humillación de haber nacido mujer en estos lugares y que la sociedad de los hombres (y de las mujeres machistas o la de las escarmentadas) no reconoce más que en esa situación de ser una esclava sexual o esclava de los hombres, por la mentalidad atrasada –unida al dinero o al capitalismo- o de tiempos de cuando éramos anfibios de las sociedades actuales que luego fardan mucho de libertad, hipócritamente frente a un resto de países feudales o como el ruso.
¡Vergüenza me da tener que hablar de todo esto!... Pero que, como no tengo siquiatra o ni siquiera un consejero espiritual, voy a tratar de publicar.
Juana Largo