Por un fútbol con más control y rigor presupuestario
El numancia celebra en la recién iniciada temporada en la Liga Adelante el setenta aniversario de su fundación, en una competición que viene marcada por la participación de muchos equipos históricos y por la polémica vivida en el inicio con el descenso administrativo del Murcia, por no cumplir con los requerimientos económicos que la mayoría de los clubes de la LFP se han dado para conseguir en los próximos años un ajuste que permita su propia supervivencia.
El Numancia lleva muchos años ya siendo ejemplo de rigor presupuestario -no gastar más de lo que se ingresa- y no hay otro camino para evitar males mayores. El fútbol español tiene que sanearse a fondo para evitar la tentación de reclamar que su posible bancarrota sea sufragada de nuevo por todos. Ya en 1985 y 1990 el Gobierno recurrió a destinar un porcentaje de la recaudación de las quinielas para que los clubes pudieran liquidar sus deudas. Y la situación actual demuestra que de poco ha servido. Ahora el fútbol debe ajustarse sólo y los clubes que no puedan o quieran tendrán que cerrar y su responsabilidad recaerá en sus dirigentes. En el país de los recortes, el fútbol no puede ir a su aire, con fichajes y directivos millonarios que engordan una deuda de más de 4.000 millones de euros según algunos estudios y que no puede recaer de nuevo en los contribuyentes, que están ciertamente apretados por la crisis económica y la presión fiscal. En las grandes ligas europeas no cumplir con el fisco y saltarse las medidas de control presupuestario acarrea graves problemas, comenzando por el descenso automático.