Cuando las llamas calcinan más que una masa forestal
El año 2012 SERÁ CON toda probabilidad el peor de la última década en cuanto a hectáreas calcinadas en España por los incendios forestales -más del triple respecto al último año-, un grave problema sobre el que inciden muchos factores y al que conviene, entre todos, encontrar una pronta solución si no queremos que el monte se convierta en un solar a la vuelta de unos años.
Las actuaciones inmediatas pasan irremediablemente por una mayor concienciación social sobre la necesidad de cuidar las masas forestales, un patrimonio natural que, una vez es pasto de las llamas, cuesta años -generaciones- volver a recuperar. Y sobre todo, más que mejorar los dispositivos de extinción existentes o aumentar las penas contra los incendiarios -que tampoco está de más-, hay que incidir en reducir el riesgo de los incendios, con más recursos dedicados a la prevención. En esta dirección, hay todavía mucho camino por recorrer, desde el aprovechamiento de la biomasa residual de los montes como energía alternativa, la puesta en valor de los espacios forestales y la potenciación de los trabajos de mejora del medio como forma de empleo continuo para fijar población en el medio rural, sin olvidar la recuperación de la ganadería extensiva -el pastoreo de toda la vida- y las especies autóctonas que crean bosques sanos y que sirven como cortafuegos naturales. En definitiva, una apuesta decidida de las administraciones por ese medio rural del que sólo se acuerdan algunos cuando tienen las llamas a las puertas de su casa. El resto lo tiene que poner la cordura y responsabilidad de la sociedad.