CARTA AL DIRECTOR / La fuente de la plaza del Carmen
Daniel Rodrigálvarez Encabo muestra en esta carta al director su disconformidad con la remodelación de la plaza Ramón Ayllón, más conocida como plaza del Carmen. A su juicio, el resultado final ha sido bastante pobre. Una cosa es gastar y otra invertir en obras que merezcan la pena, ha resaltado.
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CARTA AL DIRECTOR / La fuente de la plaza del Carmen
Dentro del plan de peatonalización y de “pacificación”, como llaman, de la ciudad de Soria, le tocó el año pasado la transformación de la plaza Ramón Ayllón, más conocida popularmente como la plaza del Carmen. Las obras duraron casi un año, plazo excesivamente dilatado para una plaza de pequeñas dimensiones, siendo el resultado, en mi opinión y creo que en la de muchos sorianos, bastante pobre a la vista de los aditamentos que se han añadido, una pobre decoración, una especie de fuente y unos bancos que prácticamente no se suelen utilizar ni por los ciudadanos ni por los turistas visitantes, ya sea por las inclemencias del tiempo en Soria, pues al menos durante 9 meses al año no parece el sitio ideal para descansar, así como por la desolación de la plaza que no incita a dicho descanso.
Prácticamente son utilizados solo en ocasiones excepcionales, como en la festividad de La Virgen del Carmen, y a veces escasos minutos por los fieles a la salida de las misas de su iglesia.
Como resultado ha quedado una plaza anodina, desierta, sin personalidad y de escasa utilización, a pesar de que los objetivos de su rehabilitación eran mejorar su infrautilización así como favorecer la movilidad y su accesibilidad, cosas que no se han visto incrementadas.
Por cierto, hablando de movilidad parece ser que el Ayuntamiento solo tiene en consideración la de los que disponen de vehículos y no la de aquellos ciudadanos de escasa o nula movilidad que no pueden moverse por sus propios medios y que precisan ser transportados, en la mayoría de los casos en automóvil, hasta los lugares donde pretendan ir. Es lo que ha sucedido en ciertas calles y zonas de la capital que con su peatonalización, al haber eliminado los aparcamientos, esas personas han visto cercenado su derecho a acceder a dichos lugares y, en este caso en particular, a poder asistir a misa en la Iglesia del Carmen.
Mención especial merece la fuente en el centro de la plaza, que solo la tiene de nombre, con un diseño pobre y espantoso, que más parece un charco o un aljibe de agua, que se asemeja más al cráter de un volcán con agua en vez de lava, con la particularidad de que de ella emerge un chorrito que se eleva no más de medio metro, dando una imagen deprimente muy lejos de lo que suele entenderse por fuente como tal, con esbeltos surtidores de agua.
Lo del chorrito de agua me recuerda la película Bienvenido Mister Marshall, de García Berlanga, cuando en la reunión en el Ayuntamiento de las fuerzas vivas del pueblo de Villar del Río (nombre dado por el director de la película en honor a su mujer nacida aquí en la calle Numancia de ancestros sampedranos), para engalanarlo ante la inminente visita de los americanos, el boticario propuso decorar la fuente con diversos chorritos de agua que podrían iluminarse.
Cuanto más bonita y elegante hubiera quedado la plaza si se hubiera dejado en el centro de la misma la esbelta farola que la engalanaba anteriormente, en vez de ese simulacro de fuente, pero parece ser que el objetivo del Ayuntamiento es derruir lo antiguo con independencia de su valía y hacer nuevas obras, para gastar los fondos europeos, pero una cosa es gastar, dilapidar, y otra bien distinta es invertir en obras que merezcan la pena.
Fdo: Daniel Rodrigálvarez Encabo