La brecha salarial de género es del 20,9 por ciento
La brecha salarial de género en España es del 20,9 por ciento, según ha denunciado Comisiones Obreras en la víspera de la celebración del Día de la Igualdad Salarial.
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En España el salario medio anual del empleo principal se situaba en 27.322 euros entre los hombres y 22.601 euros entre las mujeres en 2021. Eso supone una diferencia de 4.721 euros entre la ganancia media anual de mujeres y hombres.
En España existe una clara desigualdad entre la remuneración que perciben en promedio mujeres y hombres por su trabajo asalariado.
La parte principal de la desigualdad salarial entre mujeres y hombres se explica por la diferente distribución laboral y composición del empleo.
Las mujeres tienen una menor inserción laboral y de menor duración que los hombres.
Las mujeres con una tasa de actividad del 53,7% continúan muy lejos de la tasa de actividad masculina (63,5%). 1.488.500 mujeres no buscan empleo porque están cuidando de menores o de personas adultas incapacitadas o mayores y de otras obligaciones familiares o personales. Por tanto, hay una parte de personas que realizan trabajo de cuidados, pero no solo no se ven, sino que se infravalora, otorgando a aquellas personas que lo desempeñan el calificativo de “inactivas”
Además, las mujeres soportan una mayor tasa de temporalidad (23,6%) que los hombres (18,8%).
La jornada parcial explica más de la mitad de la brecha salarial de género, según ha apuntado Comisiones Obreras.
Las mujeres suponen el 75% de la población asalariada a jornada parcial (donde predomina la involuntariedad), pero solo el 41,5% de la población asalariada a jornada completa.
El 22,6% de las mujeres asalariadas trabaja a jornada parcial frente a solo el 6,8% de los hombres
Si las mujeres asalariadas trabajaran a jornada completa con la misma intensidad que los hombres (93%), se eliminaría el sesenta por ciento de la brecha salarial de género en España.
Las principales razones argumentadas por las mujeres para trabajar a tiempo parcial son: no haber encontrado un empleo a jornada completa (51,7%) y estar cuidado de menores o de personas enfermas, incapacitadas o mayores (16,2%). Entre la población que elige “voluntariamente” una jornada parcial, las mujeres lo hacen para poder cuidar de otras personas, lo cual contrasta con los hombres.
Entre los hombres, los principales motivos son: no poder encontrar trabajo de jornada completa (58,6%) y seguir cursos de enseñanza o formación (13,0%).
Los complementos explican casi la mitad de la brecha salarial
El salario base es la parte más importante del salario y explica el 55,3% de la brecha salarial de género. Sin embargo, los complementos salariales -que tienen un peso menor en el salario- concentran algo menos de la mitad (39,4%) de la brecha en la nómina entre mujeres y hombres.
En unos casos se trata de complementos otorgados con criterios discrecionales, sobre todo en los puestos directivos, y que benefician menos a las mujeres. En otros casos retribuyen aspectos “masculinizados” del trabajo, como el esfuerzo físico, la penosidad, la nocturnidad, o la disponibilidad horaria; mientras que no se retribuyen otros atributos “feminizados” del trabajo: atención, precisión, resistencia, etc.
La falta de valoración de los trabajos de cuidados donde se ocupan mayoritariamente las mujeres también origina brecha salarial.
Se sigue dando la segmentación laboral y aquellos trabajos considerados propios de mujeres están peor valorados.
Esta discriminación se puede observar en las peores condiciones de empleo -mayor desempleo, contratación temporal, parcialidad, etc.- y peores condiciones de trabajo - jornadas partidas, mayor precisión, exigencia de atención y comprensión al público, menor remuneración y menor promoción, etc.
La falta de valor de los cuidados en una sociedad que pone a la producción y el mercado en el centro -en lugar de a los cuidados, la sostenibilidad y la vida- es otra de las causas de la brecha salarial de las mujeres
-La maternidad lastra el salario de las mujeres
Mientras a los hombres no les afecta el número de hijos, la tasa de empleo de las mujeres disminuye a medida que tienen más descendencia.
La maternidad tiene efecto sobre la presencia y la permanencia de las mujeres en el mercado laboral y, por consiguiente, en el salario: las mujeres tienden a reducir su jornada, a acogerse a excedencias, incluso a dejar el empleo para asumir el cuidado de menores, por lo que no es extraño el rechazo de la maternidad por parte de algunas mujeres.
Tras el primer año de maternidad, el salario femenino se recorta un 11% mientras que el de los hombres no sufre cambios y, a largo plazo, la brecha se agranda hasta el 28% tras el nacimiento del primer hijo o hija.
Para CC,OO., resulta urgente y prioritario actuar sobre:
- La mayor feminización de las jornadas parciales y de la contratación a tiempo parcial.
- La valoración de los puestos de trabajo con perspectiva de género.
- La masculinización de los complementos salariales.
- El desigual reparto familiar, laboral y social de los costes y tareas de la reproducción y los cuidados.
- El empleo de calidad para las personas que cuidan.
- La valoración del trabajo de cuidados, poner la vida en el centro, reto social de las próximas décadas.
Redistribuir recursos salariales y de tiempo entre mujeres y hombres es una labor necesaria para conseguir la igualdad.
La asunción de los cuidados por parte de los hombres puede ayudar a mejorar muchas de las situaciones de discriminación que se producen en el ámbito laboral, puesto que no se lograrán grandes mejoras laborales sin modificaciones sociofamiliares.