Los líderes independistas presos, propuestos para tercer grado
Las juntas de tratamiento de las cárceles catalanas de Lledoners, Wad-Ras y Puig de les Basses han propuesto, por unanimidad, conceder el tercer grado a los nueve líderes independentistas presos, con lo que en principio solo tendrían que acudir al centro penitenciario a dormir entre semana.
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Según ha explicado en rueda de prensa el secretario de Medidas Penales de la Generalitat, Amand Calderó, las cárceles han revisado este jueves la clasificación penitenciaria de los líderes independentistas presos, que desde el pasado mes de enero están en segundo grado, aunque flexibilizado con el artículo 100.2, que les permite salir a trabajar y hacer tareas de voluntariado.
La adopción del tercer grado penitenciario supone que los presos deben acudir a prisión sólo a dormir y pasar los fines de semana con sus familias en sus domicilios.
Tal y como marca el procedimiento, la revisión de grado se ha producido una vez transcurridos seis meses de la primera clasificación que entonces fue en segundo grado.
La situación era esperada por los presos después de que a todos ellos les hubieran concedido la posibilidad de salir a trabajar en virtud del artículo 100.2 del reglamento penitenciario y los jueces de vigilancia penitenciaria las hubieran validado.
En varias resoluciones, los autos señalaban que el Tribunal Supremo no había impuesto un tiempo obligatorio de encarcelamiento. E
l tercer grado penitenciario, además, permitirá a los presos independentistas participar de actos de campaña en el caso de que se convoquen elecciones en Catalunya ya que la sentencia del Supremo les inhabilita para ejercer un cargo público pero no para participar en actos políticos como ya hicieron en los anteriores comicios.
La semilibertad, sin embargo, no será ejecutiva hasta que la Generalitat la confirme, un procedimiento para el cual tiene dos meses de plazo.
El responsable de las prisiones ha descartado que los presos puedan salir de la cárcel este fin de semana pero ha anunciado que confirmarán la decisión “lo más rápido que sea posible”.
En la anterior clasificación la Generalitat tardó casi un mes en confirmar el segundo grado de los presos.
La posibilidad de que el tercer grado sea rechazado es muy remota teniendo en cuenta que solo el 5 por ciento de las propuestas de las prisiones son desestimadas.
A partir de entonces, se pone en marcha la maquinaria judicial que deberá ratificar o desestimar la propuesta de tercer grado.
Todo apunta que la fiscalía moverá ficha y en este caso puede recurrir en última instancia al Tribunal Supremo.
