El hombre desaparecido en Valdeavellano se cayó y se golpeó en la cabeza
La Guardia Civil considera, después de una primera investigación ocular y a la espera de la autopsia, que Francisco T. M., el hombre que desapareció en Valdeavellano de Tera el pasado 9 de febrero, podría haber tropezado con un alambre al intentar saltar una valla de piedra y haberse golpeado en la cabeza.
La nieve ralentiza tráfico en varias carreteras de la provincia
Localizado el cadáver del hombre desaparecido en Valdeavelleno de Tera
Cayó detrás de esa valla en una zona de prado llena de zarzas y todo tipo de maleza.
Es una hipótesis probable de lo sucedido que se baraja después de que esta mañana, sobre las 09:35 horas, celadores medioambientales de la Junta de Castilla y León de la Reserva Nacional de Caza de Urbión descubrieran el cuerpo, según ha informado la Subdelegación del Gobierno en la provincia.
Según han declarado a la Guardia Civil percibieron un brillo que les llamó la atención, en un sendero de paso de animales junto a la mencionada valla en el denominado paraje La Lobera de Molinos de Razón.
Se da la circunstancia de que estos celadores llevan varios días de rececho por la zona pero no habían visto nada hasta hoy, lo que explica la dificultad de esta localización. Por esa misma zona habían pasado en multitud de ocasiones los agentes de la Guardia Civil que realizaron las tareas de búsqueda de Francisco T. M.
Además, en aquellos días, la zona de El Valle se vio afectada por copiosas nevadas que podrían haber ocultado también el cuerpo bajo la nieve.
El punto en el que ha sido encontrado está a algo menos de tres kilómetros de la localidad de Valdeavellano de Tera de la que desapareció. Molinos de Razón es un núcleo de población que pertenece al ayuntamiento de Sotillo del Rincón.
El cadáver se encontraba en avanzado estado de descomposición por lo que se está a la espera de la autopsia para confirmar todos estos extremos, incluso la propia identidad sin ningún género de duda, del cuerpo hallado.
Francisco T. M. desapareció en la mañana del viernes, 9 de febrero. Sobre las 11:00 horas de ese día se perdió la pista. Desde entonces, un despliegue de agentes de la Guardia Civil, con agentes medioambientales, voluntarios de la localidad y de otros puntos de la provincia, intentó sin éxito localizar al desaparecido.
Participaron también servicios especiales de la Guardia Civil venidos desde otras comandancias como la Unidad Cinológica con base en Zamora, un helicóptero de la base de Agoncillo (La Rioja) o un equipo del Grupo Especial de Actividades Subacuáticas (GEAS) venido desde Valladolid. Durante las primeras semanas, más de medio centenar de personas participaron activamente en una búsqueda que no se ha llegado a abandonar nunca totalmente, aunque se ha ido reduciendo el número de efectivos destinados a llevarla a cabo.
A las 11:30 horas y en presencia de la Autoridad Judicial, se procedió al levantamiento del cadáver y su traslado para la realización de la autopsia.
Francisco T. M., de 70 años, era natural de la localidad de Neguillas, adscrita al municipio de Coscurita, y vivía en la residencia de la tercera edad de Valdeavellano de Tera desde hacía diez años.