TRIBUNA / Del Mal y del Bien
Juana Largo reflexiona en este artículo de opinión en torno al concepto de Mal y de Bien en el mundo y también en Soria.
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TRIBUNA / Del Mal y del Bien
Que un sistema de los establecidos en la actualidad de la realidad de nuestras administraciones, sea injusto y perjudique a las personas o a la gente, no quiere decir que, los responsables de las instituciones puedan o quieran ser injustos cada uno en su parcela. Es decir: Que, porque vivamos en el neoliberalismo, que es injusto a todas luces en la mistificación de la libertad y nos merme a casi todas o a casi todos en nuestra libertad natural y en nuestra espontaneidad, no quiere decir que, por ejemplo, un funcionario de ese sistema, digamos instalado en una institución, esté justificado para ser injusto con las personas que dependen de él y esas personas deban sufrir la injusticia que les toque por, por ejemplo, ese funcionario injusto.
Por ejemplo: Que en la educación de las personas, en sus diversos ámbitos, exista e influya el sistema neoliberal, no justifica que los maestros de esa educación, deban echar más leña al fuego y tengan o puedan comportarse negativamente o machacando a los alumnos. Aquello no justifica esto.
Que porque sea, por ejemplo, injusto mi jefe en el trabajo, eso no justifica que yo tenga que ser injusto con la parienta. Que, porque el sistema sea canalla, no justifica que tenga que ser yo una canalla con aquellos que me rodean…
Precisamente aquí se da la relación entre un “objetualismo” de la sociedad y un positivismo de los criterios que establecen ciertos organismos en relación a las necesidades de las personas.
Otro ejemplo sería más simple y lo podríamos entender mejor todos: que, porque en el mundo, con el sistema neoliberal, y así, como antaño sucedió con otros sistemas, léase el pensamiento liberal capitalista en el siglo XIX, con el esclavismo de los trabajadores, y en el siglo XX y XXI, léase Auschwitz, léase los Gulag, léase Guantánamo, etc.., hayan sido verdaderamente nocivos o elevadamente perjudiciales con no solo los derechos humanos, sino con la vida hasta diaria de los ciudadanos en sus diversos ámbitos, sean laborales, sean domésticos, sean culturales, etc…, ello no quiere decir que, verbigracia, un hombre en la calle con los bolsillos llenos y desbordados, no tenga nada que proporcionarle al indigente que está en la acera de la calle y no darle ni un céntimo.
Precisamente, queremos decir todo lo contrario: Que, porque el Mal esté instaurado de forma muy arraigada en la vida, no quiere decir ello que debamos ser malos todos. Precisamente, ese es el papel que jugó Cristo en la humanidad: frente a la maldad de mucha gente del mundo, dar amor. Que, porque me esté juzgando mal el sistema, no quiere decir ello que yo deba juzgar mal a los demás.
Que (con el debido respeto a otras concepciones religiosas) con Cristo, se da la fe en algo que parece que es natural en la vida, sobre todo en la vida social de nuestro tiempo, pero que no es tan natural, porque Cristo no aceptaba este “naturalismo”…, quiere decir que con la creencia en Cristo y en los valores de otras religiones, podemos hacer el Bien. Y esto nos da idea de lo que son los valores morales o éticos. Que, otra muestra de ejemplo, un valor nos diga dónde está el Bien y lo sigamos, lo aceptemos, quiere decir que los valores –frente a la negatividad de la vida- son las entidades necesarias para actuar conformemente con la razón y el corazón. Y más: que, porque una chica y un chico se amen, no quiere decir, si pensamos en protervo mal del mundo, que no deban amarse y que deban entre ellos, en esa pareja, tirarse los trastos.
Que el Mal no justifica las acciones malvadas de los hombres.
Por eso, que, cuando un funcionario actúa injustamente frente a un ciudadano no funcionario, no quiere decir ello que eso esté bien. Que, por ejemplo, la oposición al partido de Sánchez, sea realmente malvada y no solo crispadora, sino también enfermante para los ciudadanos, no quiere decir ello que todos debamos ser malvados en la vida por culpa de aquellos que no respiran para no hacer bien y que solo debamos pensar en el Mal.
Y es que, si todas y todos siguiéramos el mal del mundo, el mundo iría algo peor de lo que se da ya. Que ejemplos de los grandes salvadores y amantes de la bondad, como son los religiosos, nos dan la pauta para hacer o intentar hacer un mundo más amable. Que, por ejemplo, y esto ya es cosa de la policía de los diversos lugares, un grupo de personas se líe a pedradas, tras la finalización de un partido de fútbol en un campo, con el árbitro que sale de los vestuarios y se dirige a su coche para marcharse, no justifica que yo, o cualquiera, deba participar en ese festival de pedradas…
Que, porque un presunto doctor en siquiatría con sus acólitos, sea nefasto para una comunidad, no quiere decir ello que eso esté bien, por mucha ciencia tanto infusa como profusa que lleve en la testa el citado señor y por mucho poder de mando que le concedan esos acólitos… Que, porque –otro ejemplo-, a Soria nos traten mal los poderes del Estado y diversos políticos, no justifica que nosotras y nosotros debamos comportarnos mal con nuestro prójimo. Sobre esta norma suprema se han levantado religiones y ha muerto mucha gente. Sigamos en esta tesitura. Reconozcámoslo sobre todo ahora, que nos toca vivir la Semana Santa en Soria.
Fdo: Juana Largo