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TRIBUNA / Cerro de los Moros ¡Al fin salvados! (Segunda parte)

Leonor del Río presenta en esta segunda parte de su Tragedia del Cerro de los Moros a los principales personajes que protagonizan el desafuero que para Soria supone el intento de urbanizar el Cerro de los Moros. 

TRIBUNA / Cerro de los Moros ¡Al fin salvados! (Segunda parte)

Los verdaderos actores de la tragedia (El dulce encanto de la mentira o la corrupción)

En la primera Pprte de esta tragedia, real como la corrupción que invade nuestro querido país, me limité a refrescar algunos antecedentes que por sí solos aclaran las coordenadas de la Tragedia del Cerro de los Moros. (El Mirón de Soria del 18 de diciembre pasado).

Presento ahora, si los dioses me dan fuerzas suficientes, KaliKatres sapientísimo me ilumina y hay algún medio de comunicación independiente que me acoja –bendito sea El Mirón de Soria- presento ahora, digo, a la vista del público (que tendrá que emitir su veredicto), a los principales personajes de la obra. Son reales, vive Dios, y, por sus actos, tan ridículos como los ficticios de su predecesora Tragedia del Cerro del Morro. Algunos no podrán esconder sus bajezas ni su ínfima catadura moral. El texto de la obra, el tiempo, la Historia, los sorianos y puede que los Tribunales pondrán a cada cual en su sitio.

 Por el momento, baste con mostrarlos a la vista del público, lo que no es poco, dado el cariz que van tomando los acontecimientos.

LOS PERSONAJES

  • La Promotora.- El que verdaderamente “corta el bacalao”. Promotora Pilares del Arlanzón S.L.U. es una empresa perteneciente al grupo del constructor burgalés Méndez Pozo, del que cualquiera puede informarse consultando en internet las abundantes publicaciones sobre sus, todo menos benéficas, actividades. Posee la propiedad del 68,4 % de los terrenos del Sector Cerro de los Moros y un buen puñado de medios de comunicación de todo tipo en Castilla y León.

Convencida de vivir un romance con el Ayuntamiento, afirma que para asumir las sugerencias de éste y atender a la protección del bucólico paisaje en conflicto, han modificado (¡qué graciosos!) su inicial propuesta MP-27 “limitando la promoción a 1.304 viviendas en 31 sencillos bloques (84 módulos de unos 240 metros cuadrados) de 6 plantas, similares a los edificios ya existentes en el entorno” y desplazándolos al borde occidental del Cerro. Así, con un par. Y su portavoz técnico afirma, y miente al afirmar sin sonrojo que con ello se evitará el impacto negativo sobre el paisaje ¡al no verse los edificios ni desde el Duero ni desde el Castillo! Sólo le falta añadir que en realidad hermosearán el paisaje del Sector, ahora invadido por las poco vistosas encinas y arbustillos aromáticos, además de algunos versos que no llega a comprender.

Su última acción, al sentirse despechada por la frialdad que le muestra el Ayuntamiento, ha sido amenazar –no es la primera vez- con someter a información pública el proyecto de la MP-27.

En conclusión, el personaje muestra a las claras sus intenciones pero, quizás por “sospechar” el abandono del Ayuntamiento y adivinar el fuerte rechazo del público, o por el íntimo convencimiento de la barbaridad social, cultural y medioambiental de las mismas, miente para disimular su único interés real: el crematístico.

  • El alcalde.- Factotum municipal. Parece que no se mueve un peón en el tablero sin su aquiescencia. Su papel en la Tragedia se ha escrito en los Plenos del Ayuntamiento, y su figura, a medida que se va conociendo el argumento, aparece con más sombras que luces. En los chismorreos de la ciudad se habla de un escondido romance con la Promotora, pero nada es seguro, y, por supuesto, él ni lo niega ni lo desmiente, o sea, nada de nada, salvo un aparente distanciamiento a raíz de la última propuesta de la pretendienta; algo así como “tantas charletas para acordar nuestro futuro y ahora me sales con esas; no has seguido mis recomendaciones”. ¿Peleas de pareja?

Estos son los argumentos recogidos en su papel:

Pleno de 20/11/2020.- a) La promotora tiene “unos derechos urbanísticos reconocidos en el PGOU que tienen un precio, que es el que el Ayuntamiento tendría que pagar si no aprueba la MP-27”. Ese precio lo cuantifica en 44 millones de euros, ni uno menos ni uno más. Como ya se ha demostrado hasta la saciedad por profesionales técnicos y jurídicos, ambas afirmaciones son falsas: la Promotora sólo tiene una expectativa de derechos que únicamente se consolidarían en el momento de iniciar la urbanización física del sector; por tanto, hoy por hoy, no tendría ningún derecho a indemnización si el Ayuntamiento modificara la calificación de los terrenos pasándolos a rústicos. Aunque sea irrelevante, el Ayuntamiento nunca ha revelado el precio pagado por la Promotora en la compra de los terrenos, que según se ha publicado, parece que sería de unos 8 millones de euros en un procedimiento concursal de acreedores.

 

  1. b) El Alcalde, casi sin despeinarse, se lanzó a decir: “Si se llega a que la Promotora convoque la información pública de la MP-27 en “el boletín”, la aprobación de la misma la decidiría la Junta”. También falso, por Zeus. ¿Pero quién asesora a tan principal personaje? En todo caso, tanto el estudio del resultado de la información pública como la posterior aprobación (o no) provisional son competencia del Ayuntamiento.

Sin duda, el Ayuntamiento tiene la potestad de denegar la aprobación inicial sin ninguna dificultad, ya que la MP-27 propone modificaciones del PGOU que el Ayuntamiento puede rechazar simplemente justificando la bondad para la ciudad de las determinaciones del Plan vigente.

 El problema estriba en que una vez aprobada inicialmente una modificación del planeamiento, es muy difícil denegar su posterior aprobación provisional, y en este caso, al no haber hecho esto en el plazo legal de tres meses, despeja a la Promotora el camino para iniciar la información pública, en cuyo caso la aprobación inicial es automática y en la práctica se cierra el camino para la modificación del PGOU por el propio Ayuntamiento. ¿Es consciente el Alcalde de la gravedad de la inacción municipal? O, como más de uno pensará, ¿es demasiado consciente?

  1. c) Insistió reiteradamente en que en este asunto habría “luz y taquígrafos” para la acción municipal, y que se iría informando puntualmente al Consejo Sectorial (de Urbanismo y Medio Ambiente) de cuantos pasos diera el gobierno municipal. ¡Bien, bien, requetebién! Claro, que sólo se ha convocado un Consejo para que informara la Promotora de sus intenciones y está por llegar el día en que el disciplinado gobierno municipal convoque al Consejo para informarle de tan cautos pasos: hasta hoy ninguno.

 

  1. d) También manifestó que el Ayuntamiento ya había contratado la necesaria asesoría jurídica para saber por dónde andar. Sí, para una absurda y temeraria reclamación de cuatro perras, ¡pero no para la tan terrible reclamación anunciada de los terribles, terribles, terribles 44 millones! Mi salud mental me impide comentar este apartado. Asociaciones como ASDEN, Hacendera, Soria por el Futuro o Amigos del Museo Numantino podrían sufrir un peligroso impacto emocional ante tamaño engaño.

 

Pleno del 10/12/2021.-  a) No le faltan al personaje algunos rasgos de encantador de serpientes, como cuando afirmó en este Pleno que el objetivo de la acción municipal es “lograr que el 82% de los terrenos sean públicos y que el paraje se preserve de forma definitiva”. En primer lugar, en los objetivos del ínclito regidor hay una flagrante contradicción: no se puede preservar el paisaje del conjunto si el 42% de su superficie se urbaniza y se colma de bloques de 6 plantas, además de los previsibles edificios destinados a equipamientos públicos, entre ellos la ampliación del cementerio. Con el mismo argumento, el Ayuntamiento podría construir en el Alto de la Dehesa un edificio de 4 ó 6 plantas destinado a oficinas municipales siempre que no ocupara más del 15 por ciento de la superficie total y se construyera, eso sí, en una esquinita del Alto.

 Además,  el mensaje tiene trampa: en ese 82% que “persigue” se incluyen los equipamientos locales y generales (con sus edificios) y todas las calles de la urbanización, de modo que ese 82 por ciento de espacios públicos de que habla se reducen en realidad al 58 por ciento de la superficie del sector destinada a espacios libres. Parece, pues, que el argumento no admite falsos encantadores de serpientes.

 

  1. b) Y el personaje insiste en que “sería una temeridad retirar los derechos urbanísticos, que tienen un valor económico”. ¿Dónde han ido a parar los 44 millones que iban a arruinar al Ayuntamiento? Si el personaje estudiara con atención, ya habría entendido que la Promotora no tiene consolidado ningún derecho urbanístico ni, por tanto, ningún derecho a indemnización si el Ayuntamiento rechazara su propuesta de modificación del PGOU. En resumen, que sus cautelosos pasos no parecen conducir a nada de lo que predica, ni disipan las dudas sobre la inacción, ni positiva ni negativa, del gobierno que preside.

 

Por fin, en otro alarde de puro vicio de encantador de serpientes, declara en el Consejo de Urbanismo de 30 de junio de 2021, ¿para demostrar sus virtuosas y valerosas intenciones?, que “el Ayuntamiento ha pedido a la Junta la declaración B.I.C. (Bien de Interés Cultural) del Cerro de los Moros”. No, por todos los diablos, la verdad es que el Ayuntamiento ha presentado una alegación al expediente de declaración B.I.C. de la ermita de San Saturio: alegación en la que se pedía lo anterior y que ya se sabía que no tendría ningún recorrido, como así ha sido. La Ley y el Coro advierten que el camino para lograr esa deseada calificación es presentar una propuesta independiente, como ya hizo el siglo pasado, sin resultado, la Academia de Bellas Artes de San Fernando. ¿Lo ha hecho el regidor? No, obviamente, no. Menos lobos, Caperucita, y más seriedad.

 O sea, que, por el momento, el Alcalde tendrá que montar mejor su personaje para hacerlo más creíble.

 Los rumores del foro apuntan a que sus decisiones atienden más a planteamientos electorales que a la obligada protección del Cerro de los Moros y el Castillo, aunque sus pasos son tan sigilosos que quién sabe…

  • El Concejal de Urbanismo.- Desde un principio eco y vocero del Alcalde en la alarma sobre derechos consolidados por la Promotora y su precio de 44 millones de euros.

 Es quien mejor ha explicado, en sus recientes declaraciones al Heraldo de Soria, lo que ha hecho, perdón, lo que no ha hecho el Ayuntamiento en el desarrollo de la Tragedia. Además de la “sorpresa” por la iniciativa de la Promotora sus “confesiones” se resumen en las siguientes perlas:

  • “Cuando los expedientes son complejos, como éste, los plazos son difíciles de cumplir”. En efecto, ¡solamente han tenido 20 meses para estudiar la MP-27 original, más otros 3 meses para analizar la modificación presentada el pasado 3 de septiembre! ¡Y aún habrá malpensados que no reconozcan tan clara insuficiencia temporal! ¡Sólo le ha faltado echar la culpa a la pandemia!

 Si este personaje de la obra pone el mismo celo en su nuevo puesto síncrono de senador por Soria, se van a enterar en Madrid de lo que es una plena e intensa dedicación a resolver los temas sustanciales para el país.

De momento el público asiste asombrado a la representación de su papel en la obra. Si la Tragedia se desarrollara en el ámbito de una empresa privada ¿cuánto tiempo lo mantendría el director en el reparto? O, como su jefe de filas, ¿juega a que el tiempo lo resuelva… a favor de no sabemos quién o qué?

  • Otra perla: “Presumiblemente el Ayuntamiento tendrá que paralizar el trámite de la información pública, puesto que ya lo va a hacer la empresa, para no interferir la tramitación privada”. Pero, este personaje, más de comedia que de tragedia, ¿no se ha enterado de que es la Promotora la que va a paralizarles si llega a publicar la convocatoria de la información pública? ¿No ha consultado el Reglamento de Urbanismo de la Junta de Castilla y León? ¡Por Júpiter!, parece decir, no vayamos a “molestar” a la empresa privada.

El público asiste atónito y un espectador no se puede contener y grita: “¡Sr. Concejal!... si se trata de un malentendido, ¡corra, corra, quizás aún estén a tiempo de denegar la aprobación inicial y así tener las manos libres para trabajar en lo que deben!

- Una más: “Ya habíamos avisado  a la empresa de que existía un informe técnico, y de ahí la sorpresa”. Pero hombre…que el informe tiene fecha de 1 de diciembre…¿Y pretende que surta efecto su solo anuncio en una empresa que ve cómo el Ayuntamiento no resuelve absolutamente nada?

- Y por fin el salto a la gloria: “Ahora hemos de estudiar la manera de proceder para ver qué solución tiene (el problema)”. ¡Aleluya! Ergo el Ayuntamiento no tiene estudiada ninguna solución. ¡Madre del amor hermoso! Sólo puede echarse de menos la agudeza de Sancho frente a las dificultades; claro, que Sancho también inventaba gruesas mentiras para salir del paso…

 En resumen: Personaje decorativo en la Tragedia que no aporta “ni chicha ni limoná” a la acción, aunque como escudero descuidado y malvadillo vocero desvela las debilidades de su señor.

  • El Estudio de Arquitectura de la Promotora.- Escribanos asalariados de la Promotora se han colado en la Tragedia con una, tan modernos ellos, aberrante fake new: “el proyecto no afecta al paisaje, al contrario, lo respeta y perfecciona con unos cuantos edificios de sólo 6 plantas, similares a los existentes en el próximo entorno”.

 En la obra el Coro interviene airado para protestar por tan insultante intervención, y  el Director de escena los expulsa por no haberse dado una vueltecita por la zona, ya que él vive en uno de esos edificios similares –la mayoría unifamiliares y un par de ellos, junto a la calle Marcelino Camacho, de 22 metros de anchura, con cuatro plantas-.

  • El concejal de Cultura.- Su papel real coincide con el de su homónimo ficticio en la Tragedia del Cerro del Morro: una exhibición del más profundo silencio, no se sabe si como resultado inevitable de una bien apretada mordaza o por propio convencimiento de su irrelevante papel en la obra. El público no entiende el papel de una pomposa Concejalía de Cultura que no se pronuncia sobre el principal problema cultural de la ciudad.

 ¿No le ha facilitado el autor los informes de ICOMOS, REAL ACADEMIA DE BELLAS ARTES DE SAN FERNANDO, FUNDACIÓN CICOP, Asociación HISPANIA NOSTRA, CENTRO DE ESTUDIOS SORIANOS y tantos y tantos artículos publicados por personalidades del mundo de la Cultura reclamando la protección del Cerro de la invasión urbanizadora? ¿Acaso, ¡santo cielo!, no ha tenido tiempo de contestarlos con su probada voluntad de dejarse la piel, ya que no el puesto, en la defensa de tan sagrado paisaje?

El personaje tiene trazos contradictorios: por una parte la Tragedia no tendría sentido sin su tremendo significado cultural para la ciudad y para su nombre a nivel universal, lo que requeriría su protagonismo en la obra; pero, por otra parte, su silencio no se entiende a la vista de lo anterior. La impresión al repasar el texto de la obra es la de un moderno Florestán silenciado en su prisión por antiguas declaraciones y soñando con un glorioso final en que de nuevo triunfe la virtud sobre la villanía.

 Sin embargo, parece que sí tuvo un valiente y acertado papel en la oposición al desgraciado –para Soria- Convenio de Ridruejos y Alcaldesa. Ciertamente que sin éxito, vaya por Dios.

 Poco más puede decirse por el momento de tan misterioso personaje. Habremos de esperar al definitivo desenlace de la Tragedia.

  • El Jefe del Servicio de Cultura y Turismo de la Delegación de la Junta de Castilla y León en Soria.- Personaje que, sin alzar la voz, se ha colado en la Tragedia. Guardián de los restos arqueológicos que esconden los suelos de la ciudad. Aunque su papel en la obra es más breve que el título de su personaje, sus intervenciones son de suma importancia para el desarrollo de la acción.

El 28/10/2020 envió un escrito al Alcalde advirtiéndole de la reciente localización de la necrópolis judía de Soria justamente en la ladera del Castillo integrada en el sector del Cerro de los Moros, y de que, en buena Ley -y no hay otra que la buena-, esto obligaría a la Promotora a realizar una nueva consulta oficial sobre las consecuencias de la “situación sobrevenida” (se prevén protestas en el público por tan sorprendente calificativo). Tanto el director de la representación como el resto de los personajes parece que no se  dan por enterados, ya que en sus intervenciones no mencionan ni de refilón tan incómodo asunto, pero ahí está, y no tendrán más remedio que, o bien hacer callar a tan molesto personaje o incorporar en sus papeles las meditadas respuestas a tamaña impertinencia.

 

  • El Secretario municipal.- Inductor de las declaraciones del Alcalde para cortejar a la Promotora. “O se reconocen sus derechos o tocará indemnizar” (luego se probó la inexistencia de los supuestos derechos y de las también supuestas indemnizaciones; cualquiera puede equivocarse, caray).

 Pendiente de escribir su intervención estelar en la obra: un informe jurídico sobre la procedencia o no de aprobar la MP-27, esto es, sobre la pureza o simple lujuria de la relación iniciada. Hasta ahora se interpretan sus argumentos como orientados hacia la protección de la Promotora, advirtiendo en todo momento de los graves riesgos que correría la tesorería custodiada por el Alcalde en caso de fracaso de la relación, si el regidor se inclinara, del brazo de la Ley, por la sincera protección del paraje.

 Sin embargo, la última decisión de la Promotora parece que aplazará la tan esperada intervención.

  • La Ley.- Cabezota ella, incapaz de improvisar de forma creativa, no se apea de su texto, y aplica la misma receta a ambos cerros, sean del Morro o de los Moros. Para ella son una misma cosa, incapaz de apreciar los matices políticos y económicos del asunto. “Dura lex, sed lex”, y de ahí no se apea.

 En resumen, repite, afónica y agotada, que no existe ningún derecho consolidado de la Promotora, que el Ayuntamiento la tendría de su parte si denegara la aprobación de la MP-27 (ojito, justificándolo, que quede claro, apunta exasperado el Secretario) y modificara el PGOU recalificando la práctica –o sin práctica- totalidad de los terrenos.

Y aburrida pero tajante repite y repite que en este caso no se generaría ninguna responsabilidad patrimonial, ya que los propietarios del suelo solamente tienen el derecho a desarrollar lo que indica el PGOU, pero ninguno a ser indemnizados. Su voz resuena por los caminos del Cerro y el centro de Soria: “¡las expectativas de negocio no son indemnizables!” (en ocasiones se le ha escapado algún “¡coño!” que aquí no voy a repetir).

 Insiste, en los círculos especializados, en que la disputa probablemente termine en los Tribunales, a iniciativa de la Promotora (sin visos de lograr absolutamente nada) o, en caso contrario, de la sociedad civil, que no estaría dispuesta a aceptar la aprobación de la bárbara barbaridad que significaría la urbanización del Cerro y su más próximo entorno. ¡Contenciosos, penales, civiles! ¡Innecesario trabajo para sus tribunales!

 

  • La ex Alcaldesa.- Firmante del Convenio origen del embrollo, pasea su humanidad y su  vergonzante silencio por la ciudad, ajena ella, inocente pieza (¿o valiente pieza?), al actual desarrollo de la Tragedia. Total, sólo firmó el paso de 200 a 1.360 viviendas.

 Su papel en la obra que ahora se representa resulta innecesario, como innecesario e indeseable fue, a la vista de las consecuencias, su paso por la Alcaldía para la protección del patrimonio cultural de Soria.

  • Los Medios de Comunicación.- Extraño personaje, silencioso o silenciado, no tiene papel en la Tragedia. Son notables las pocas excepciones en edición digital. ¡Por Zeus, con lo  que se animaría el cotarro si informaran al Coro de forma transparente y objetiva!
  • El Coro.- Llámese pueblo, llámese público, barrunta que alguien se está burlando de él. En su desesperanzada falta de participación e información veraz, no tiene otra que lamentarse agriamente sobre los poemas machadianos que muestran con claridad cómo esos humildes cerros del Castillo y de los Moros son parte inseparable de lo que ya se conoce como Ribera Sacra de la Poesía Española: el camino de San Saturio y el delicado estuche natural que lo protege.

 

  • Los Tres Tenores.- Personajes “sobrevenidos”, que han encendido algunas luces en el Cerro, con la sana intención de alumbrar a los otros personajes en sus erráticas intervenciones, y facilitar al Coro apoyos solventes para sus cantos en defensa del patrimonio de la ciudad. Han demostrado buenos registros, aunque sus graves y agudos no parece hayan llegado al corazón ni al conocimiento de los protagonistas, parapetados tras el silencio cómplice de la gran mayoría de los medios de comunicación, tan prestos a atender a los primeros personajes. Insistentes como losas en sus intervenciones, el público los escucha alucinado: “¿Pero todo eso no lo saben nuestros próceres? ¿O no lo quieren saber?”

 

  • Las Asociaciones.- Castigadas “al rincón” por protestonas, y abrumadas por la continua lluvia sobre Soria de despropósitos desarrollistas, su intervención en la obra se limita, por el momento, a convocar al público para informarle de qué va la cosa; interrumpen sin descanso las mendaces y patrañeras intervenciones de los primeros actores con su grito de guerra:  ¡SORIAN@S, DESPERTEMOS! ¡QUE NOS ROBAN EL PAISAJE! ¡SORIAN@S, DESPERTEMOS! ¡SALGAMOS A LAS CALLES! Y en sus pancartas recuerdan cómo l@s sorian@s salvamos las Fiestas de San Juan cuando las fuerzas oscuras intentaron pervertirlas. Atacan ahora nuestra sustancia, nuestro sagrado paisaje. ¡Es llegado el tiempo de impedirlo!

 

 Así que, visto lo visto, por el momento, ¡SALVAD@S! Sí, ¡SALVAD@S!… pero no Soria y su patrimonio. ¡SALVAD@S!, pero no los paisajes machadianos que, en inmortales versos, han llevado a Soria por el universo de la Cultura. SALVAD@S , los descarados especuladores que gracias a la ¿desinteresada? pasividad del Ayuntamiento pueden lograr lo inimaginable: la aprobación inicial de un desgraciado proyecto que condenará a Soria a soportar una vergonzosa urbanización donde únicamente debieran crecer emociones, versos, florecillas en primavera, serias encinas y carrascas y, siempre, pequeñas plantas aromáticas, santo y seña de lo soriano.

El escenario está en silencio. La obra, sin duda, sigue.

Fdo: Leonor del Río

 

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