Manifiesto por el Centro Nacional de Fotografía

MANIFIESTO POR EL CENTRO NACIONAL DE FOTOGRAFÍA

Es emocionante vernos aquí hoy, unidos en el anhelo de este futuro Centro Nacional de Fotografía al que llevamos muchos años aspirando y que hoy parece estar ya, al fin, al alcance de la mano.

Nosotras y nosotros, y los muchos a los que su tarea solo les permite estar hoy con el corazón en Soria, somos fotógrafas, comisarios, agentes de la industria, programadores de festivales, editoras, profesionales y aficionados, pues a todos y todas aquí y del otro lado de la pantalla, en un mundo de imágenes, de un modo u otro, la fotografía, las imágenes, no solo nos conciernen: también nos constituyen. Pues la fotografía no es solo una manera de mirar el mundo: es una forma de pensarlo y, por lo tanto, incluso de determinar su futuro.

Hace casi dos siglos que la fotografía inició un viaje de transformaciones incesantes, del daguerrotipo a la inteligencia artificial. Ha sido documento y arte. Invención y registro. Memoria y ficción. Ha testimoniado nuestros miedos. Y también nuestras alegrías.

Hoy nos acompaña, allá donde vaya nuestro móvil, en todas partes. Nos relacionamos mediante imágenes.

De modo que necesitamos comprender cómo las imágenes nos hablan. Como tratarnos con ellas. Como gestionarlas.

En España, durante demasiado tiempo, y a pesar de contar con creadores y creadoras brillantes en un abanico de géneros tan amplio que va desde el pictorialismo de Ortíz Echagüe hasta la creatividad incesante de Ramón Masats, desde el emocionante documentalismo de Cristina García Rodero hasta las ficciones y las nuevas narrativas de Cristina de Middel, la fotografía no ha ocupado la posición cultural que exige habitar una iconosfera poblada de imágenes.

Hoy, en España, la fotografía, la cultura visual, es una vieja asignatura pendiente que reclama urgentemente protección a los archivos, que son los espejos abandonados de nuestra memoria, homologación e investigación universitaria, apoyo industrial, más difusión y más acceso público a lo que la fotografía tiene, y tiene tanto, de maravilloso tesoro cultural o de poderosa expresión gráfica de las ciencias sociales.

Para activar todo esto, necesitamos el aliento, la ilusión y la coordinación de un buen Centro Nacional que aglutine los esfuerzos hoy diseminados y que abandere las políticas educativas que necesitamos para expandir la cultura de la imagen que hoy exige la conciencia de ciudadanos que pretenden ser, realmente, libres, críticos y contemporáneos. No pedimos un museo. La fotografía tiene pasado, sí. Pero aún tiene más futuro.

El recio y robusto edificio del Banco de España que, esperamos, aloje pronto este Centro Nacional que ya acariciamos próximo, será transformado por la fotografía, hoy tan móvil y ligera, tan ecléctica e interactiva, en un escaparate ágil y dinámico Necesitamos el consenso y la referencia colectiva de un Centro que, representando a toda la variadísima familia de la fotografía, renuncie a la tentación del centralismo para operar con una voluntad integradora y capilar que ponga al alcance de nuestro clic virtual las colecciones y el trabajo de estos otros centros que, por pequeños que sean, orbitan hoy solitarios y descoordinados. Nadie tiene que perder su propia identidad en esa integración. Se trata de sumar; no de anular.

Pero en el mundo global de hoy, esa disgregación, en el contexto de fragilidad de la fotografía nacional, es un lujo que ya no nos podemos permitir. Teníamos que unirnos. Y aquí estamos. El Ministerio de Cultura en sintonía con el Ayuntamiento de Soria, a quienes queremos de nuevo agradecer todo el trabajo realizado, están avanzando en un modelo de Centro de esta índole, en el que cristalice el anuncio de su creación formulado por el Presidente del Gobierno hace un año.

Este acto, organizado Ayuntamiento de Soria y financiado por el Ministerio de Cultura, al que la fotografía española agradece el entusiasmo, la determinación y la cariñosa hospitalidad que muestra en este proyecto, es otro paso decisivo en el camino hacia la plena consecución del Centro.

Cuando ya esté abierto, Soria ingresará en esa hermosa colección de pequeñas ciudades europeas que han convertido a la fotografía en una de sus señas de identidad internacional. Hoy celebramos este ESFUERZO ocupando, físicamente pero también con el carácter simbólico que irradian las imágenes, un edificio sobre el que se proyectan las ilusiones y los anhelos de tantas generaciones de fotógrafos y fotógrafas que dedicaron muchas horas de sus vidas, públicas o anónimas, a edificar el gran imaginario visual de España.

Tenemos ilusión. Pero también somos realistas. Celebramos los avances, pero reivindicamos pasos firmes y acelerados que nos permitan, cuanto antes, dejar atrás la triste condición de ser uno de los cuatro países europeos que no poseen un centro nacional de fotografía.

En el mundo contemporáneo, esa es una posición de atraso y desventaja, cruel para nuestra excelente plantilla de fotógrafos y fotógrafas que justamente necesitan apoyo institucional para proyectar internacionalmente nuestra rica y variada visión del mundo.

Por ese Centro que colme tantas décadas de expectativas. La fotografía lo merece. Y, lanzados todos a transitar diariamente una galaxia de imágenes incesantes, una ciudadanía consciente y democrática lo necesita. Sigamos trabajando juntos para convertir el antiguo Banco de España en Soria en un fortín abierto de par en par a la luz y a las imágenes que necesitamos para seguir narrando nuestras vidas y soñando nuestros sueños.

Texto de Juan María Rodriguez en representación de todas y todos.