La experiencia de un misionero en Camerún
El misionero soriano en Camerún, Emilio José Almajano, ha explicado este jueves en el Casino Amistad Numancia su experiencia misionera en este país africano durante los últimos 15 años.
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Manos Unidas Soria ha querido conocer el día a día del misionero soriano en este país africano, donde se encuentra desde hace seis años en misión apostólica en plena selva tropical, al norte de la llamada Región del Centro de Camerún.
El misionero Almajano, que antes estuvo en Noviercas durante nueve años, imparte su magisterio en una parroquia confiada a los Misioneros Espiritanos, con los que está asociado desde el comienzo de su trabajo misionero en ese país.
"Es muy diferente a Soria, pero se puede vivir y la gente no pasa hambre. No hay abundancia pero tampoco hambre. Las hambrunas son en lugar concretos cuando vienen circunstancias climatológicas adversas. La mayor parte de la gente hace agricultura de subsistencia", ha señalado.
Almajano ha apuntado la existencia de un terrorismo "anglofono" en dos provincias que se han lanzado de manera armada a pedir la independencia y donde "hay muertos cada día".
Almajano cambio la labor en la Diócesis de Osma-Soria por las misiones en Camerún, por el deseo de hacer algo diferente y echar una mano a otra gente con necesidades.
"El corazón tiene razones que no entiende la razón", ha resumido
Ngambe Tikar, que así se llama la parroquia, tiene una extensión de aproximadamente la mitad de la provincia de Soria y está muy poco poblada (unos 17.000 habitantes). En ella no le falta trabajo. Tiene una escuela con más de medio millar de chavales.
