Los niños de escuela infantil de San Esteban de Gormaz aprenden jugando lo que es una granja
La Escuela de Educación Infantil La Alameda, de San Esteban de Gormaz, ha transformado su aula en una granja para aprender jugando.
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La escuela ha sorprendido a sus pequeños alumnos con una actividad muy especial que ha convertido su aula en una auténtica granja.
La iniciativa, preparada por su técnico, ha permitido a los niños interactuar con animales artificiales y un pequeño pollito amarillo que los ha acompañado durante toda la actividad.
De esta forma se han simulado las tareas y actividades propias de una granja tradicional, promoviendo así el aprendizaje práctico y divertido.
La actividad ha comenzado con los “cerdos”, que estaban rebozados en barro, permitiendo a los niños experimentar con la textura y el juego sensorial.
Luego, las gallinas han puesto huevos que los pequeños han tenido que recoger cuidadosamente y colocar en hueveras, fomentando la coordinación y la responsabilidad.
A continuación, los niños han alimentado a los pollitos con trigo, aprendiendo sobre la alimentación de las aves de corral.
Las ovejas han ofrecido un espacio donde los niños han podido poner y quitar lana, una experiencia táctil que les ha ayudado a comprender el proceso de obtención de este material.
Finalmente, la actividad ha culminado ordeñando una vaca artificial, donde los pequeños han aprendido cómo se obtiene la leche en una experiencia educativa y divertida.
Esta iniciativa, diseñada para acercar a los niños a la vida en la granja de manera lúdica y segura, ha sido muy bien recibida por las familias y el personal educativo.
Además, ha servido para fomentar valores como el cuidado, la responsabilidad y el respeto por los animales y la naturaleza.
Desde la escuela se ha destacado la importancia de ofrecer experiencias prácticas que complementen la educación formal, ayudando a los niños a comprender mejor su entorno y a desarrollar habilidades motrices y sociales.
La actividad en la EEI La Alameda ha sido un éxito rotundo, dejando a los pequeños con una sonrisa en el rostro y muchas ganas de seguir aprendiendo jugando.