La Diócesis de Osma-Soria celebra el Día del Seminario
El domingo 17 de marzo, la Diócesis de Osma-Soria celebrará el Día del Seminario con el lema “El Seminario, misión de todos”.
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En ese día, el obispo, Mons. Abilio Martínez Varea, presidirá la Santa Misa en la parroquia de Almazán a las 19 horas.
En la misma, el seminarista José Antonio García Izquierdo será admitido a las Sagradas Órdenes.
Como preparación espiritual a la Jornada, el Seminario y la Delegación episcopal de pastoral vocacional han preparado algunos actos:
- Jueves, 14 de marzo: Por la mañana, mesa vocacional en el Colegio Calasancio de Almazán. A las 20,30 horas, en la iglesia de “San Antón” de El Burgo de Osma, momento de adoración al Señor y de oración por las vocaciones; estarán presentes en la celebración las Carmelitas Samaritanas del Corazón de Jesús.
- Viernes, 15 de marzo: en la iglesia de “San Juan de Rabanera” de Soria, a las 19,30 h., Vigilia de oración por las vocaciones; estarán presentes en la celebración las Carmelitas Samaritanas del Corazón de Jesús.
- Sábado, 23 de marzo: a las 20,00 h., en la parroquia de “Nuestra Señora de los Milagros” de Ágreda, concierto y adoración a cargo de “Hakuna Group Music”.
Además, durante el mes de marzo se llevarán a cabo otros actos: Eucaristías en parroquias donde se hará presente el Seminario, mesas vocacionales con alumnos de los Colegios concertados, visitas al Seminario, etc.
Carta del Obispo de Osma-Soria Mons. Abilio Martínez Varea
El Seminario, misión de todos
Queridos diocesanos:
El 8 de diciembre de 2016, Solemnidad de la Inmaculada Concepción, el Papa Francisco aprobaba un texto dedicado a la formación de los seminaristas, titulado “El don de la vocación presbiteral”. No tengo ninguna duda de que la vocación es un don y de que los presbíteros son un regalo de Dios al mundo y a la Iglesia. El ministerio sacerdotal es manifestación del amor de Dios a los hombres y de su voluntad irrevocable de salvación universal. He observado cómo las diversas comunidades parroquiales y eclesiales de Osma-Soria apreciáis a vuestros sacerdotes. Y no porque sean un elemento más de nuestros pueblos al que nos hemos acostumbrado. En vuestros sacerdotes encontráis el pastor que anuncia el Evangelio, celebra los sacramentos y os acompaña en los problemas y dificultades de cada día; en definitiva, aquel que os lleva a Cristo, el Señor.
Este domingo 17 de marzo, segundo domingo de Cuaresma, el más próximo a la Solemnidad de San José, celebraremos Dios mediante, el Día del Seminario. El Seminario constituye el “corazón de la Diócesis”, según expresión del Concilio Vaticano II (OT 5). En la Diócesis tenemos un magnífico Seminario en El Burgo de Osma que alberga a ocho chicos con edades comprendidas entre los 12 y los 18 años, que actualmente están estudiando la ESO y el Bachillerato. Además contamos con un diácono en la parroquia de Ólvega y un seminarista mayor en la parroquia de Almazán que están haciendo la etapa de pastoral. Son un regalo de Dios que debemos cuidar con nuestra oración y nuestra estima hacia ellos.
El lema de este año es “El Seminario, misión de todos”. El Papa Francisco, en la Exhortación Apostólica Evangelii Gaudium nos recuerda que “en virtud del Bautismo recibido, cada miembro del Pueblo de Dios se ha convertido en discípulo misionero (cf. Mt 28, 19). Cada uno de los bautizados, cualquiera que sea su función en la Iglesia y el grado de ilustración de su fe, es un agente evangelizador, y sería inadecuado pensar en un esquema de evangelización llevado adelante por actores calificados donde el resto del pueblo fiel sea sólo receptivo de sus acciones. La nueva evangelización debe implicar un nuevo protagonismo de cada uno de los bautizados (EG 120).
Al frente de nuestro Seminario está el equipo formado por el Rector y el Director Espiritual y Administrador junto con otros sacerdotes, profesores y personal de la casa. Pero todos somos responsables de la Pastoral vocacional. En primer lugar el Obispo diocesano y el presbiterio, desarrollando una acción pastoral de toda la Diócesis que favorezca el encuentro personal con Cristo, que es donde se fragua toda vocación. Sin olvidar lo más importante: el ejemplo y entrega de muchos sacerdotes, que ha sido el mejor instrumento del que Dios se ha servido para hacernos valorar la vocación sacerdotal. En segundo lugar las familias, primer seminario o semillero de las vocaciones al sacerdocio ministerial. Queridos padres cristianos: una de las mayores bendiciones de Dios a las familias es el don de la vocación de alguno de vuestros hijos. Es el mejor regalo que Dios os puede hacer. Y por último, también las comunidades parroquiales y eclesiales han de sentirse responsables en favorecer la llamada que Dios hace al sacerdocio. Los agentes de pastoral (catequistas, maestros de Religión…) debéis implicaros en la hermosa tarea de suscitar vocaciones entre los niños que os han sido confiados. El Papa Francisco nos pide valentía, coherencia y alegría en la vida cristiana: “En muchos lugares escasean las vocaciones al sacerdocio y a la vida consagrada. Frecuentemente esto se debe a la ausencia en las comunidades de un fervor apostólico contagioso, lo cual no entusiasma ni suscita atractivo. Donde hay vida, fervor, ganas de llevar a Cristo a los demás, surgen vocaciones genuinas” (EG 107).
De todos los medios propicios para potenciar las vocaciones al presbiterado, tiene un lugar privilegiado la oración. En consecuencia, “he propuesto a los responsables diocesanos elaborar un Plan de pastoral vocacional en el que se promueva la red de intercesores en las distintas parroquias y comunidades de nuestra Diócesis. Las vocaciones, del tipo que sean, no surgen por generación espontánea. El Señor lo dijo bien claro: “La mies es abundante, pero los trabajadores son pocos; rogad, pues, al Señor de la mies que mande trabajadores a su mies” (Mt 9, 37-38). Y esto vale para la vida sacerdotal, religiosa y también laical. Cuidemos este campo importante de la pastoral vocacional tan unido a la pastoral juvenil y familiar (Carta Pastoral Id también vosotros a mi viña, 20).
Queridos niños, adolescentes y jóvenes: Cristo sigue llamando en nuestros días. Si escucháis su llamada, no cerréis vuestros corazones a su amor. Dejaos querer por Él y responded con toda la generosidad de la que seáis capaces. No quedaréis defraudados. Poned vuestros ojos en María y decid: “Virgen María, acoge desde el principio a los llamados al sacerdocio, protégelos en su formación y acompaña a tus hijos en su vida y en su ministerio, Oh Madre de los sacerdotes. Amén” (PDV 82).
X Abilio Martínez Varea, Obispo de Osma-Soria