"Bienvenidos, de nuevo"
La Diputación de Soria ha entregado este miércoles los premios del VI Certamen de Ilustración de Cuentos, Leyendas y Tradiciones sorianas para niños “Conrado Muiños”. El primer premio del VIII Certamen de Microrrelatos ha sido ganado por Rosa de Lima Martínez Gonzalo, de Soria, con el relato titulado “Bienvenidos, de nuevo”, que puede leer a continuación.
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BIENVENIDOS, DE NUEVO
Vi cómo se marcharon, dejando secos los campos por los que tanto habían corrido, cerrando las puertas de las casas que habían pagado con su propio sudor, vaciando de inmediato las escuelas en un arrebato de huida, abandonando sus Iglesias y dejando huérfana a su propia tierra, dónde ya tenía más valor el dinero que el propio amor, alejándose del lugar y la gente que tanto habían amado, cambiándolo por llevarse un trozo de pan a la boca.
Los pocos que resistimos, tuvimos que pagar el precio de la soledad, enfrentarnos a la vejez con la consciencia de que el pueblo moriría junto a nosotros, viendo partir a nuestros hijos en busca de un porvenir mejor, sin la certeza de que eso realmente así lo fuera. Convirtiéndose el pueblo en un sitio de recreo, en un refugio, en un verano, dónde la esperanza de ver durante el resto del año, a un niño correr, o reír, se había desvanecido casi ya de manera permanente.
Ahora que una pandemia mundial arrasa vidas, y destruye las mentes de las personas, qué como presos, han sido encarcelados en sus propias casas, y como perros, llevan “bozales”, les he visto volver.
Las casas por las que pasé durante muchos años, y permanecieron cerradas, hoy las he visto con luz. El nieto de mi hermana, ya con mujer e hijos, retira las malas hierbas y arregla el jardín, que cautivo del tiempo, se había convertido en una selva. Las calles acostumbradas al silencio, ahora son un río de voces, especialmente de niños.
Me invade cierta nostalgia, y a su vez un sentimiento de felicidad, así como de rabia e incluso impotencia, al ver que sólo se acuerdan de Soria cuándo el resto del mundo se les queda claustrofóbico.
El sitio de recreo, el refugio, el verano, se ha convertido en un hogar, en un milagro, pues todos aquellos que han regresado al lugar que un día dejó de darles la vida, desesperados por respirar, por encontrar la libertad que les quitaron, nunca imaginaron que sería el lugar que les devolvería la vida.
Rosa de Lima Martínez Gonzalo