Bases definitivas para concentración parcelaria en Alcozar
La delegada territorial de la Junta, Yolanda de Gregorio, ha presidido esta mañana, en el salón de actos del Ayuntamiento de Langa de Duero, la reunión de la Comisión Local de la concentración parcelaria de la zona del Canal de Eza, Demarcación 2, correspondiente a Alcozar, del citado municipio de la ribera del Duero soriana.
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La citada comisión ha propuesto la aprobación por la Dirección General de Desarrollo Rural de la Junta de Castilla y León de las Bases Definitivas de concentración parcelaria de esta zona de regadío, que tiene una superficie concentrada de 283,91 hectáreas, repartida en un total de 248 parcelas pertenecientes a 104 propietarios.
Con este trámite se completa el proceso de Bases Definitivas de la concentración parcelaria de la zona del Canal de Eza, una vez que ayer fueron aprobadas las correspondientes a la Demarcación 1, Velilla de San Esteban, que afecta a 235,5 hectáreas.
En el acto, en el que la delegada territorial ha querido reconocer el trabajo desarrollado por los empleados públicos implicados en el proceso y el compromiso de la Junta con la modernización de las explotaciones agrarias de nuestra provincia, han estado el alcalde Langa de Duero, Francisco Javier Barrio; el jefe del Servicio Territorial de Agricultura y Ganadería, José Manuel Ruiz; y técnicos de este departamento y de la Unidad Territorial de Soria del Instituto Tecnológico Agrario de Castilla y León; además de técnicos del Servicio Territorial de Medio Ambiente, propietarios, Organizaciones Profesionales Agrarias, etc.
La superficie media de las parcelas actuales en esta Demarcación 2 es de 1,14 hectáreas, con 2,3 parcelas aportadas por cada propietario, con una propiedad media de 2,62 hectáreas.
Una gran parte de la superficie de esta Demarcación 2 son terrenos de titularidad municipal (263 hectáreas) y que esta zona fue ya objeto de una concentración en la década de los años sesenta del siglo XX.
Esta zona de Alcozar, al igual que su vecina Velilla de San Esteban (entidad perteneciente al municipio de San Esteban de Gormaz) está regada desde principios del siglo XX por el denominado Canal de Eza, que tiene su origen en un azud en el Duero, aguas abajo de la confluencia del río Rejas, y que con una longitud de ocho kilómetros recorre la margen derecha del Duero.
Esta zona está dedicada al cultivo de regadío y de viña en su totalidad.
En estas Bases Definitivas se materializan los trabajos de investigación de la propiedad y de clasificación de la tierra, un documento de trabajo que se va a exponer al público (en el Ayuntamiento de Langa de Duero y el portal web de la Junta de Castilla y León) durante un periodo de un mes, plazo en el que los propietarios podrán interponer recurso de alzada, tanto sobre la titularidad como sobre la clasificación de la tierra.
Con la presentación de las Bases Definitivas del Canal de Eza se continúan los trabajos de concentración parcelaria de las diferentes zonas regables de la ribera soriana del Duero, paso previo imprescindible para la modernización de estos regadíos.
Sucesivamente se irá presentando la documentación de las distintas demarcaciones del Canal de Ines, Langa de Duero y Canal de Zuzones.
Todos estos trabajos se están ejecutando por la Unidad Territorial de Soria del Instituto Tecnológico Agrario de Castilla y León, ente público de la Consejería de Agricultura, Ganadería y Desarrollo Rural con competencias en el desarrollo y modernización de regadíos.
Modernizar el regadío existente
Recordamos que el objetivo último de esta reconcentración parcelaria del Canal de Eza es la modernización del regadío existente, que supondrá un cambio en los sistemas de bombeo y de riego, llevando el agua a los puntos de consumo mediante una red de tuberías enterradas con agua a presión.
Cada punto de consumo dispondrá de una válvula con contador que permitirá facturar el agua realmente consumida por cada usuario.
Como fase previa a dicha modernización, como así obliga la Ley Agraria de Castilla y León para poder acceder a ayudas públicas, se debe reestructurar la propiedad de la zona, agrupándola por explotaciones, de modo que el número final de puntos de consumo sea el menor posible, con el fin de aquilatar la inversión pública y la privada.
