Ölvega festeja la tradición de la matanza del cerdo
El Ayuntamiento de Ólvega ha organizado este domingo la vigésima edición de la jornada de la matanza, una tradición que forma parte de la identidad del medio rural.
Finalistas en ronda de Ólvega para el concurso "El Mejor Torrezno del Mundo"
Esta convocatoria festiva ha tenido como escenario la plaza de España, donde se han reunido al mediodía de este domingo un buen número de vecinos para disfrutar de los diferentes productos resultantes de la matanza del cerdo.
El Ayuntamiento de Olvega ha contado para organizar esta jornada con la colaboración de las asociaciones Los Mártires, Tercera Edad, Niña del Moncayo, La Juve, y Brico Mat.
Para abrir la jornada, se ha contado con la música y animación de la charanga infantil “Los contrabandistas”.
El reparto del moscatel y pastas ha dado paso a la degustación de diferentes productos del cerdo como torreznillos, chorizo, longaniza, lomo, costillas y morcilla mientras las diferentes asociaciones han colaborado en la demostración de las diferentes tareas en torno al cerdo.
En esta ocasión, el Ayuntamiento olvegueño ha contado con el mantenedor de las jornadas rito-gastronómicas de las matanzas del Virrey Palafox, de El Burgo de Osma, Antonio Callejas, para explicar muchos pormenores de una tradición que dio de comer a un buen número hogares en Castilla y otras regiones de interior hace medio siglo.
La matanza ha sido la despensa del medio rural y muchas familias, también en Soria, alimentaban a un cerdo para sobrevivir en invierno.
“Era una economía circular basada en torno a este producto y que en los últimos años, con tanta restricción, y prohibiciones, estamos viendo que viene a menos y que desaparece, y al final las demostraciones que ponen en marcha asociaciones y ayuntamientos o empresas como el Virrey Palafox, hace posible que se mantenga en la provincia de Soria”, ha señalado.
Del cerdo se aprovecha todo, hasta los andares, dice uno de los refranes más conocidos sobre las virtudes de este animal.
“Por ejemplo hacer dedales de las pezuñas del cerdo era una realidad que la gente mayor aprovechaba. Hubo una época en la que no se había sintetizado la insulina y se extraía del páncreas del cerdo”, ha resaltado.
Callejas ha explicado a los vecinos de Ólvega que se han acercado hasta la plaza de España que actualmente los estudios científicos están tan avanzados que, con ciertas modificaciones en el ADN en la genética del cerdo, las células de su páncreas podrían llegar a trasplantarse al ser humano.
“En el siglo XII, cuando no se permitía por ejemplo diseccionar un cadáver porque la Iglesia lo prohibía, los manuales de la época dicen que se permitía diseccionar un cerdo por ser interiormente el más parecido al ser humano”, ha recalcado.