Ágreda extiende la cultura del cardo rojo
Ágreda está celebrando este puente de la Constitución y de la Inmaculada las undécimas jornadas del Cardo Rojo de Ágreda, con el objetivo de realzar el consumo de esta hortaliza única, "una joya gastronómica" que tiene por delante el reto de mejorar su transformación para impulsar la comercialización.
Ruta interactiva "Saca tu propio cardo", en Ágreda
Restaurada la cubierta de la Escuela Hogar García Royo
El alcalde de Ágreda, Jesús Manuel Alonso, ha resaltado este domingo que el cardo rojo es un "producto estrella", con un sabor y una textura especiales, que tiene muchas posibilidades para convertirse en un motor de desarrollo económico en la localidad.
"Lo que tenemos que hacer es creer en él y potenciarlo. Y para ello hay que crear cultura de cardo rojo de Ágreda. Hace unos años sólo era conocido en Ágreda y su entorno y ahora ya se habla de él en muchos sitios, a pesar de simulaciones de gente avispada en territorios próximos", ha resaltado.
Alonso ha reconocido que la principal dificultad que frena su comercialización es su transformación, porque las pruebas que se han realizado hasta la fecha no han conseguido trasladar al consumidor el producto con la textura y el sabor que tiene cuando se toma fresco.
En este sentido ha señalado que hay que ofrecer el producto a los gustos del consumidor actual, marcado por el poco tiempo que tiene para la cocina.
"Mientras no consigamos el reto de la transformación será difícil incrementar la producción", ha reconocido.
"Si llegásemos a conseguir conservarlo con la calidad que tiene cuando se sirve fresco y la gente lo pudiera servir directamente como ensalada, sería su futuro", ha resaltado.
El cocinero Manuel Canals ha resaltado que el cardo rojo de Ágreda es neutro y hay que saber acompañarlo para que, como todo en la cocina, "redondee".
En su opinión, el cardo rojo de Ágreda está marcado por su estacionalidad corta -limitado a la temporada navideña- y necesita que se ponga en valor sus valores nutricionales saludables.
El repostero agredeño Juan Carlos Lavilla ha conseguido maridar el cardo rojo con chocolate y cremoso de turrón de Jijona, "que deja una textura espectacular en el paladar" y la experiencia le dice que son presentaciones cada vez más demandadas por los consumidores.
La particularidad de este producto viene dada por el microclima de Ágreda, enclavado a 900 metros de altitud, en las faldas del Moncayo, lo que le da mayor calidad, así como por el propio proceso de producción, que obliga a enterrar el cardo rojo durante su etapa de maduración, desde finales de octubre hasta su recogida en diciembre, para protegerle de las heladas.
Durante los aproximadamente sesenta días que la planta del cardo rojo está protegida por la tierra, la hortaliza adquiere su característico color rosáceo y reduce significativamente su amargor, además de ganar en ternura, lo que la permite ser la única variedad de cardo que puede ser consumida en crudo, sin ser cocinada.