Casi trescientas mujeres participan en la "Pinochada" de Vinuesa
La corporación visontina espera conseguir que esta fiesta sea declarada de interés turístico nacional
Cabrejas del Pinar se rinde al mejillón
Vinuesa se cita por San Roque con su Pinochada
Casi trescientas mujeres, ataviadas con el traje de "piñorra" y con una rama de pino en sus manos, han escenificado hoy la "Pinochada", fiesta reconocida como de interés turístico regional que ha sido seguida por más de mil personas en la plaza Mayor visontina.
Como marca la tradición, la "Pinochada" se ha revivido en la festividad de San Roque en una fiesta ciertamente singular, entre la historia y la leyenda, y con claro protagonismo femenino.
El festejo recuerda, según ha explicado la alcaldesa visontina, Asunción Medrano, la pelea con el vecino pueblo de Covaleda por la imagen de la Virgen del Pino, o como apuntan los historiadores, las luchas de mojones sostenidas entre los dos pueblos pinariegos sorianos y la victoria visontina gracias a la intervención final de las féminas armadas con ramas de pino, conocidas como pinochos.
"Esta tradición se remonta a los ritos celtíberos, totalmente paganos, que son batallas y peleas de tribus. Y las mujeres celtíberas eran tan guerreras como los hombres·, ha resaltado.
El Ayuntamiento visontino sigue persiguiendo un año más dar un paso más para conseguir que esta fiesta, desde hace unos años de interés turístico regional, tenga el reconocimiento de interés turístico nacional.
Medrano ha reconocido que el objetivo es complicado porque entre las exigencias se encuentra que la fiesta tenga difusión nacional, aunque ha confiado en que la utilización de las redes sociales sirva para esta catalogación.
"Es una de las fiestas nacionales donde se reconoce la igualdad de las mujeres con los hombres; incluso tiene más protagonismo", ha resaltado.
Batalla
Medrano ha explicado que las mujeres terminan ganando la batalla porque se "valora el matriarcado, la prevalencia de los casados y el asentamiento de la población".
Vinuesa ha vivido desde primera hora los preparativos de esta fiesta, donde las mujeres se visten con el tradicional traje de piñorra, compuesto de enaguas, medias blancas, corpiño y delantal negro, falda roja con bandas negras y un mantón bordado.
Las mujeres se han dado cita en la ermita de la Soledad para desfilar con el tradicional traje de piñorra y su pinocho particular hasta la plaza Mayor, escenario del ficticio campo de batalla.
Carmen Latorre, Encarnación Pascual, Esperanza Pascual y Cristina Juanas son tres de las mujeres que más años lleva participando en esta tradición, un ritual con el que, según han reconocido, se les sigue poniendo "la carne de gallina".
"Para mi hoy es mi vida. Me olvido de todo", ha reconocido Cristina Juanas.
Cofradías
La Pinochada ha simulado un año más la pelea entre los dos pueblos, representada en la plaza Mayor por las cofradías de Nuestra Señora del Pino, integrada por las mujeres casadas del pueblo, y la de San Roque, de las solteras que hacen el papel de los covaledanos.
Por dos veces han vencido los primeros y, a la tercera, ambos bandos han tirado los sombreros al aire en señal compartida de victoria, lo que ha dado paso al momento más esperado del año, el que protagonizan las mujeres, que se han abalanzado para azotar con sus ramas de pino a los hombres, protegidos por sus escudos.
Después, las mujeres han perseguido a los varones por la plaza Mayor para darle un toque de pinocho, a la par que han exclamado el esperado "¡De hoy en un año!", una frase contestada por los hombres con "muchas gracias", y que perpetua, un año más, una tradición milenaria a los pies de la sierra de Urbión.