Misa Crismal del Obispo de Osma-Soria
El Miércoles Santo, en la catedral de El Burgo
Masiva afluencia de turistas en El Burgo en los días centrales de la Semana Santa
Numeroso público en el inicio de la Semana Santa en El Burgo de Osma
Mañana 12 de abril, Miércoles Santo y en el pórtico del Triduo Pascual, la Iglesia que peregrina en Osma-Soria celebrará -como acto central de la jornada- la Santa Misa Crismal en la S. I. Catedral de El Burgo de Osma a las doce de la mañana.
La solemne concelebración eucarística estará presidida por el Obispo de Osma-Soria, Mons. Abilio Martínez Varea; con él están invitados a concelebrar en este día, de un modo particular, los presbíteros diocesanos.
Antes de la Santa Misa, a las once de la mañana, los sacerdotes están convocados a participar en la celebración del Sacramento de la reconciliación que presidirá Mons. Martínez Varea en la capilla de Santo Domingo del Seminario diocesano.
Al término de la celebración eucarística, todos los presentes compartirán la comida de fraternidad en los comedores del Seminario diocesano.
La Misa Crismal, que el obispo celebra con su presbiterio, y dentro de la cual consagra el santo crisma (la palabra crisma proviene de latín chrisma, que significa unción) y bendice los demás óleos, es una profunda manifestación de comunión de los presbíteros con el propio Obispo. Con el santo crisma consagrado por el Obispo, se ungen los recién bautizados, los confirmados son sellados, y se ungen las manos de los presbíteros, la cabeza de los Obispos, y la iglesia y los altares en su dedicación. Con el óleo de los catecúmenos, éstos se preparan y disponen al Bautismo. Con el óleo de los enfermos, éstos reciben el alivio en su debilidad.
Para esta Misa se reúnen y concelebran en ella los presbíteros, puesto que en la confección del crisma son testigos y cooperadores del Obispo, de cuya sagrada función participan, para la construcción del pueblo de Dios, su santificación y su conducción: así se manifiesta claramente la unidad del sacerdocio y del sacrificio de Cristo, que se perpetúa en la Iglesia.