"A la gala de la buena novia", una mirada retrospectiva de la indumentaria nupcial
El Museo Provincial del Traje Popular de Morón de Almazán ofrece este año la posibilidad de disfrutar de la exposición "A la gala de la buena novia", toda una mirada retrospectiva sobre la indumentaria nupcial femenina a través de medio centenar de trajes procedentes de diferentes colecciones e instituciones.
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La muestra acoge 50 trajes desde 1840 hasta 2013 tanto de diversas partes de España como de fuera, procedentes de EEUU o Italia, y permite al visitante hacer un recorrido por la evolución de la moda nupcial.
La muestra se divide a su vez en dos partes, por un lado “los trajes tradicionales” y por otro “una etapa más reciente de la evolución de las bodas”.
La exposición "A la gala de la buena novia" analiza el atuendo de la mujer en uno de los momentos más destacados de su vida, cuando se convierte en la protagonista indiscutible del ritual del casamiento.
En la sociedad tradicional marcaba un importante cambio en el estatus social de la desposada, al pasar de la tutela paterna a la del esposo y su familia, mientras que en la actualidad este ancestral rito de paso se ha convertido en un festivo acto de compromiso mutuo entre los contrayentes.
Se presenta al visitante una compilación de los diferentes “trajes de casar” que han conformado los iconos de la indumentaria popular española, haciendo un recorrido por las “vistas” usadas desde los valles del Pirineo a los del Duero, desde las tierras llanas de la Mancha y Extremadura, hasta las sierras del Sistema Central o las costas de Galicia, haciendo un repaso de las notas comunes y símbolos de identidad propios de cada uno de los trajes que han conservado elementos específicos que convierten un traje de uso festivo o ceremonial en una indumentaria exclusiva para el casamiento.
En contraposición, se ofrece un recorrido por la evolución de la moda nupcial urbana desde el siglo XIX hasta la actualidad, cuando se generaliza la utilización de un traje específico para el día de la boda perfectamente identificable y acorde con los dictados marcados por las corrientes europeas o americanas de cada estilo y época, sin apreciables diferencias geográficas.
Curiosamente, la importancia que se concedía en todas las familias a la ceremonia del matrimonio, hacía que las líneas de separación de ambos mundos se fuesen diluyendo y se utilizasen elementos e influencias urbanas en la indumentaria de las novias populares como el uso de flores azahar de tela o de cera o la utilización del “vestido blanco” para la ceremonia religiosa y se vistiese el traje popular para la celebración de los rituales tradicionales.
En ambos casos se destacan sus valores estéticos y artesanales, distinguiendo aquellos elementos, prendas, modos de colocación y decoraciones que se repiten en los diferentes conjuntos, en relación a sus referencias rituales y simbólicas.
En el catálogo de la exposición se ha incluido un capítulo sobre la música porque desde tiempos ancestrales, la música ha formado parte importante de los eventos sociales y de las ceremonias religiosas, llegando a convertirse, en ocasiones, en el elemento organizador del ritual de la celebración, marcando el protocolo del acto.
Las bodas no han quedado fuera de esta circunstancia y hay sonidos que inmediatamente nos llevan a pensar en una mujer entrando en una iglesia del brazo de su padre para contraer matrimonio. Las marchas nupciales se han repetido hasta la saciedad para suscitar en nuestro cerebro sensaciones sentimentales.
Pero en el mundo popular las fiestas de casamiento estaban muy lejos del ambiente romántico que hoy en día impera en las bodas; el acompañamiento musical se basaba en la voz humana, el pandero, la dulzaina y, en ocasiones, las guitarras y laúdes de los rondadores.
En torno las bodas se generaron numerosas canciones que se interpretaban en diferentes momentos de la fiesta: rondas, albadas o barzonías ponían a prueba el ingenio y la pericia musical de los mozos pero que, en la actualidad, han sido olvidadas, hasta casi su desaparición. Para evitar esta pérdida irreparable de la música popular, hace unos años la Diputación de Soria puso en marcha un proceso de salvaguarda del Cancionero Popular Soriano mediante la creación de unas becas para recientes investigadores que han realizado un importantísimo trabajo de campo para compilar la música que amenizó la vida de nuestros antepasados.
De este trabajo se han seleccionado una treintena de cantos de boda de la provincia de Soria que ilustra esta riqueza patrimonial soriana y que sirve de ilustración sonora de la exposición.