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Soria, ciudad anodina e incómoda

Miércoles, 20 Agosto 2025 16:21

Daniel Rodrigálvarez Encabo reclama al Ayuntamiento de Soria que reflexione sobre la ciudad que está transformando. Soria, a su juicio, ha perdido su identidad. De ser una ciudad castellana sencilla y tranquila está pasando as ser una ciudad incómoda, anodina y sucia.

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Soria, ciudad anodina e incómoda

Es cierto que desde que el PSOE está al frente del Ayuntamiento, hace ya muchos años, se han hecho cosas buenas en Soria y aledaños, como en la ribera del Duero, pero estamos viendo cómo poco a poco se va transformando nuestra querida ciudad. Con la supuesta idea de hacerla más cómoda para los ciudadanos así como para que ambientalmente sea más saludable, se comenzó por peatonalizar el centro de la ciudad, fundamentalmente la plaza de Mariano Granados (la “Plaza Roja” ahora para los sorianos) y el Paseo del Espolón, derivando el tráfico rodado por los alrededores.

Aprovechando esa transformación, se construyó un aparcamiento subterráneo cuya manifestación en superficie supuso el nacimiento de unos monstruos metálicos para permitir el acceso peatonal al aparcamiento, que cambiaron radicalmente la plaza y el paseo. Lo que era una plaza sencilla, de aire castellano, se ha convertido en un amplio espacio informe y anodino, con gente paseando, patinetes y bicicletas a sus anchas, poniendo en peligro en muchas ocasiones a los confiados viandantes y con amplias terrazas de los establecimientos hosteleros. No solamente cayó Soria en esta tentación, pues la misma Puerta del Sol de Madrid ha sufrido una similar transformación.

En cuanto al Paseo del Espolón, un paseo sencillo y elegante como suelen tener casi todas las ciudades, que se podía haber mejorado, se ha convertido en una amalgama de elementos variados: los accesos al aparcamiento, plantaciones varias, olivos incluidos, juegos para niños, etc. Elementos absolutamente prescindibles al estar el parque de La Dehesa al lado y no haber optado para los accesos al aparcamiento por una solución más sencilla y menos agresiva, como el de la Plaza del Olivo.

En el terreno ambiental, se derivó la circulación de los vehículos del centro de la ciudad, dejando la conexión este-oeste pero sin tener en cuenta, o no importarle al Ayuntamiento, el cercenar la conexión norte-sur, al no haber querido abrir un paso subterráneo entre el Ferial y la calle Alfonso VIII, obra sencilla y poco costosa. Con esta opción lo que se ha conseguido es el efecto contrario al deseado, ya que los vehículos han de circunvalar la ciudad, haciendo un mayor recorrido, con mayor consumo de combustible, con atascos hasta ahora nunca vistos y que, en consecuencia, producen más emisiones a la atmósfera. La contaminación atmosférica no se queda solamente donde se emite, se transporta por las corrientes del aire a otras zonas, centro de la ciudad incluido. Ya se percibe en Soria humo y partículas procedentes de los recientes incendios forestales de León, Zamora y Galicia.

En lo que parece ser una persecución del Ayuntamiento a los vehículos motorizados, se ha ampliado notablemente la red de carril bici, afectando a las calles de Santo Tomé, San Benito y Avenida de Valladolid, y ahora también en la Avenida de Eduardo Saavedra. Con ello, además de eliminar aparcamientos para los vecinos de dichas calles, se han reducido las vías de circulación de los vehículos a motor, provocando más retención de los mismos, derivando, de nuevo, en mayores emisiones a la atmósfera. Está bien querer aprovechar los fondos europeos para ampliar la red de carriles bici, pero debería haberse hecho si ello comportase algún beneficio para la ciudad y no agravios. La idea del carril bici es muy bonita y ecológica pero sólo en sociedades habituadas a dicho transporte y con una orografía plana. Soria no es Holanda y ya estaba la experiencia del carril bici de la Avenida de Mariano Vicen. La escasa, casi nula, utilización de este carril bici, más bien para uso de recreo que como alternativa al vehículo a motor, debería haber servido de ejemplo para no caer en el mismo error. Además, como nota original y creo que nunca  visto, los nuevos aparcamientos de la Avenida de Valladolid y de Eduardo Saavedra no se encuentran, como es normal, lindando con las aceras sino en medio de la calzada para respetar el idolatrado carril bici, que puede confundir a los conductores al pensar que los vehículos están parados en su circulación y no aparcados.   

Y qué decir de de las nuevas entradas a la ciudad por carretera desde Madrid y desde Valladolid y Burgos, cercenando las travesías al implantar una barrera intermedia separadora, provocando el aislamiento de los barrios de derecha e izquierda. El buen soriano Ricardo Mínguez Izaguirre, Doctor Ingeniero de Caminos y urbanista, con argumentos bien sólidos, no se ha cansado, ni se cansa, de alertar y escribir sobre la desfachatez y la sin razón de esta solución adoptada, a la que, como en tantos otros temas, el Ayuntamiento ha hecho oídos sordos, sin que los ciudadanos, como zombis anestesiados y de un pasotismo patológico, muestren la menor discrepancia ni se manifiesten en contra de tanto desatino.

Con todo ello, y algunas cosas más, Soria ha perdido su identidad de ciudad castellana sencilla y tranquila, convirtiéndose en una ciudad desestructurada, anodina e incómoda para sus habitantes y visitantes por mor de una mejora de su pequeño centro, ¿para ventaja de los turistas que la puedan visitar?, creo que no, pues no es raro encontrar a turistas desorientados que no ven la manera de entrar en la ciudad con los vehículos en los que han llegado hasta aquí. “Esto es un galimatías”, se lamentaba un matrimonio a los que ayudamos a llegar a su destino después de haber dado mil vueltas errando por calles de la periferia sin encontrar el camino a su destino.

Si desde el Ayuntamiento se quiere mejorar la imagen de Soria, además de por higiene y en beneficio de los sorianos, más le valdría que limpiaran las calles y sobre todo las aceras del centro de la ciudad, llenas de suciedad, restos de orines de animales y personas, muestras de chicles pegados incluidos, donde casi no se ven los servicios de limpieza. Tampoco estaría mal reparar los deteriorados pavimentos rodados de varias calles, algunos de los cuales se modificaron hace poco tiempo.

No sé si será por haber hecho más anodina e incómoda la ciudad, o por otros motivos, pero en lo que va de este verano, Soria ha visto reducida la presencia de turistas que esperan encontrar una ciudad típica castellana y no una de tantas ciudades homogéneas y “modernizadas”. Por el contrario, la afluencia de turistas se ha incrementado en las otras capitales de Castilla y León.

Señor alcalde y responsables del Ayuntamiento, creo que deberían pensárselo.   

Fdo: Daniel Rodrigálvarez Encabo

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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