Menores desamparados
Ángel Coronado denuncia en este artículo de opinión la falta de amparo que tienen en España los menores no acompañados, cuya distribución por las diferentes comunidades se ha convertido en nueva polémica.
El tú mediático
Lujo
Menores desamparados
Estamos en todo de acuerdo (¿cómo no?) con Daniel Rodrigálvarez Encabo según lo que, acerca de los inmigrantes menores no acompañados dice en su artículo, y en principio, según lo que ordinariamente se entiende por “MENA” (Menor no acompañado). (El Mirón. “Humanidad con los MENAS”. 11_02_2025)
Dicho lo cual lamentamos sin embargo el que verdades incompletas (mejor mencionarlas así, así mejor que utilizando lo de las “medias verdades”), lamentamos el que verdades incompletas, decía, al faltarles algo de alguna forma esencial, pierden el vigor y la rotundidad que una verdad completa tiene siempre de por sí. Y lo lamentamos por diversas causas que al final, por falta material de tiempo y espacio, nos obligan a dejarlas irremediablemente incompletas.
En principio, y antes de nada, optamos por hacer el poco gasto de tiempo y de espacio que supone referirnos a estos seres humanos marcados por la desgracia con el nombre propio que les corresponde, evitando en lo posible sustituirlo por su acróstilo. Se trata de seres humanos menores de edad desamparados a los que urge amparar. Tampoco le negamos al acróstilo su posible utilidad, pero lo primero es amparar al desamparado. Suena mejor que hacer lo mismo al MENA, la razón de lo cual no se debe sino al fallo que conlleva siempre cualquier acróstilo. Nunca falta el par de policías que se ocupan de acompañar al delincuente, mientras que al MENA, según lo que ordinariamente se entiende por ese acróstilo, lo que le falta en definitiva es lo primordial: el amparo.
Dicho lo cual pasamos a lo esencial de la cuestión, es decir, lo que según nuestro criterio falta en lo que Daniel R. dice acerca de los Menores No Acompañados.
De acuerdo con él en la descripción del problema. Es algo estremecedoramente amplio aunque también estremecedoramente claro (al esclavo de hoy se le llama de múltiples maneras. Una entre tantas es precisamente esa, un ser humano menor de edad y desamparado, un “MENA” por decirlo así. Estimado Señor Rodrigálvarez, la esclavitud sigue vigente hoy en día, queramos o no queramos reconocerlo, escondida precisamente tras ese acróstilo “mágico”.)
Es incomprensible, en efecto, que un país como España, no haya podido dar solución a este problema. Pero también es cierto que citando algo así se corre el riesgo de apoyar el pie en algo resbaladizo. Vamos, como pisar una cáscara de plátano. Porque tanto se puede dar a entender que un país humanitario no haya podido dar solución a ese problema como que ese mismo país no haya sido capaz de advertir que la esclavitud sigue vigente hoy en día, y, como quien dice, metida en su propia casa, por no citar el riesgo de caer en esa inconfesable cloaca del “y tú más” a tres bandas entre vascos, catalanes y el resto de un país como España.
Acaso, quizá inconfesable cloaca de los que sabiéndose culpables se reparten entre sí la carga de la culpa, el peso de la carga, el hierro y la chatarra, haciendo de la misma un tanto alzado y repartiendo el inconfesable botín. Seré miserable, de acuerdo, pero “tú más”, pero “yo menos”.
Es incomprensible, añadiremos por cuenta propia, que el gobierno de la nación exima a nadie (vascos, catalanes, gallegos, castellanos, andaluces o quienes quiera que fueren) de procurar amparo a seres humanos desamparados, como también lo es que esos vascos o catalanes o quienes quieran que fueren dado el caso, no le hayan comunicado a su interlocutor (al parecer el Gobierno de la nación) que quién es él para eximirles a ellos de amparar a seres humanos desamparados, esto es, para eximirles de una obligación que todo ser humano debe llevar en la sangre por el solo hecho de ser eso, humano. ¿Quién es nadie para decirle a un ser humano que deje de serlo para convertirse en un animal? ¿No es lo mismo de animal una mosquita Tsé Tsé que un tigre de Bengala? ¿Una mascota a la que abrigas y paseas en su carrito que una lombriz o una cucaracha?
Ni hablamos de caridad ni cabe añadir más a lo dicho. Quizá solo quepa acompañarlo con esto: al gobierno nuestro, y a los catalanes y a los vascos, hubiese que acompañarlos con algunos más hasta no sé dónde, pero desde luego hasta más arriba del techo. Y repito , no tratamos de diluir en esa inmensidad una sola y una misma carga de hierro, sino de multiplicarla hasta no sé dónde, pero desde luego hasta mucho más arriba del techo. Al blanco y al negro no les daña el gris. Es éste que se debe a ellos. Y la gama de los grises puede ser tan amplia como se quiera. El blanco siempre lo es. Y el negro lo mismo. No entiendo de política, pero sé que la política no es fe ni misericordia ni caridad ni blanco ni negro ni gris sino antes incolora. Regateo y habilidad bajo silbatos y tarjetas arbitrales incoloras, inodoras e insípidas excepto una, la roja. No hay ser humano desamparado sin el derecho al amparo porque los hay responsables de amparar y capaces de no hacerlo (uno, o mil veces uno. De uno en uno, maldito sea/n).
Fdo: Ángel Coronado