Cuando tenemos lo que nos merecemos por nuestra apatía

DICEN LAS ENCUESTAS  que la política se ha convertido en uno de los principales problemas en España, quizá por una nostalgia por la que ya no está, una crítica ante su mediocridad o un desprecio hacia algo cuya lógica no se acaba de entender. 

Lo cierto es que los ciudadanos tendríamos más autoridad con nuestras críticas si pusiéramos el mismo empeño en formarnos y comprometernos. Y en este sentido, tendremos que coincidir que fue decepcionante la deficiente participación en la última movilización convocada por la Plataforma Soria Ya para reivindicar la urgente ejecución de la autovía del Duero, una infraestructura ansiada por la mayoría de la sociedad soriana pero reclamada de hecho por muy pocos en la calle. La clase política está obligada a escuchar la voz del pueblo, pero éste también tiene que implicarse con decisión en la defensa del interés colectivo. Aunque pueda haber motivos para la resignación, el pasotismo o la apatía, ante tanto incumplimiento acumulado, la sociedad soriana debe hacer lo posible para mantener viva la lucha, la reivindicación y la esperanza de una Soria mejor. La mejor participación ciudadana no es la que se manifiesta siempre y en todas partes, sino la que se mantiene alerta; la que se propicia cuando es necesario impedir las desviaciones de quienes tienen la responsabilidad del gobierno, o encauzar demandas justas que no son atendidas con la debida profundidad. Es preciso para ello que la sociedad civil recupere y ponga en valor su conciencia social, como mejor herramienta ante tanto despropósito político.