Decia con razón el viceconsejero DE EDUCACIÓN que los padres viven una
situación de desapego con los centros escolares de sus hijos. La falta de implicación de la sociedad civil no se limita, desgraciadamente, al sistema educativo, con ser grave esta tendencia, sino que afecta a otros órdenes de la vida, entre ellos el político. Está demostrado que las sociedades que avanzan, o las que lo hacen con el paso más decidido, son aquellas donde la sociedad civil toma la palabra y se implica mayoritariamente en la gestión de las cuestiones que hacen ciudad. Dejar en manos de unos pocos -ya sea en las instituciones o en las asociaciones- la dificil tarea de dirigirnos, no es un ejercicio democrático recomendable. La sociedad que nos hemos dado tiene muchas cosas que mejorar -obvio es recordarlo- y sólo con la implicación decidida de todos se tomarán decisiones con mayor acierto y base. Las elecciones municipales son una oportunidad única para demostrarnos que sabemos lo que queremos. Reducir la abstención de anteriores convocatorias -que refleja el desapego ciudadano antes sus representantes-, es un objetivo que la sociedad civil tiene que conseguir el próximo 22 de mayo. Para cambiar las tendencias -si así se considera- es imprescindible dar un paso adelante y participar. Tanto en la configuración de las candidaturas electorales, donde los partidos políticos tradicionales tienen todavía la asignatura pendiente de mejorar los canales de participación-, como en la elección final de los representantes, urge que la sociedad civil reivindique su protagonismo.