Cuando la música llega a todos en Soria
Llega el otoño musical soriano al fin de su vigésimo primera edición y lo hace reforzando su acercamiento al gran público, el deseo que siempre ambicionó su alma mater e impulsor, el recordado Odón Alonso, y que persiguieron las corporaciones locales en los siempre difíciles primeros años, donde las críticas de caer en un cierto clasismo y elitismo no faltaron.
El tiempo ha llevado las aguas afortunadamente a su cauce y el seguimiento que tiene el festival musical hace pensar que sigue por el buen camino y que lo que necesita es contar con más aforo en el centro cultural Palacio de la Audiencia para que la música llegue a más gente y se puedan ajustar todavía más los precios en taquilla y en los abonos. Capítulo aparte merece el éxito cosechado por el Maratón Musical Soriano, una experiencia que año a año gana seguidores -como lo demuestra que algunos espectadores no pudieron acceder a los escenarios elegidos, por estar el aforo completo- y que sirve además para dinamizar la ciudad. La Música, con mayúsculas, se ha ganado en este tiempo, con el trabajo de todos los que han colaborado en esta iniciativa, el ser una de las señas de identidad de la ciudad y convertirse en un consolidado producto cultural que tiene otras posibilidades abiertas de la mano del turismo. La organización coherente de los sonidos y los silencios, el arte de las musas para los griegos, tiene todavía muchas páginas por componer en Soria en ese deseo común de convertir a la Cultura, también con mayúsculas, en foco de atracción y de enriquecimiento de la sociedad.