¿Es posible mantener a los menores alejados del porno?
Los y las adolescentes ven pornografía por primera vez a los 12 años y casi 7 de cada 10 (el 68,2%) la consumen de forma frecuente.
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Estas cifras extraídas del informe '(Des)información sexual: pornografía y adolescencia' publicado por la ONG Save the Children en 2020 podrían haber crecido en los últimos años, como ha resaltado la experta en violencia de género y sexualidad adolescente Marina Marroquí, autora de los libros "Eso no es amor" y "Eso no es sexo".
Estos datos y la proliferación de sucesos como la creación de grupos de WhatsApp en los que se invita a menores a ver y compartir imágenes sexuales y vejatorias o el aumento de los delitos sexuales han llevado al Gobierno a trabajar en una ley que proteja a los menores de los contenidos violentos y de la pornografía en internet.
Ya se escuchan las primeras reacciones de profesionales celebrando que este asunto sea una prioridad para los dirigentes.
Sin embargo, continúa sobre la mesa uno de los debates sobre educación que más titulares ha atraído en los últimos meses: ¿se debe prohibir el uso del teléfono móvil a los niños y niñas?
Para Jorge Álvarez, CEO de SaveFamily, compañía española líder en smartwatches con GPS, la respuesta es clara: “antes que prohibir, se debe educar”.
“Es muy difícil apartar de la tecnología a un menor que ha estado rodeado de ella desde que nació”, explica Jorge Álvarez. “Creo que la clave aquí está en darle las herramientas digitales adecuadas a su edad supervisadas por un adulto y enseñarle a utilizarlas correctamente para que se convierta en un adulto responsable”, ha subrayado.
Los relojes inteligentes son alternativas interesantes a los teléfonos móviles para niños y niñas de entre 8 y 15 años.
Estos smartwatches son muy similares a un móvil con la diferencia de que se gestionan a través de una aplicación instalada en el teléfono de los progenitores, de esa manera, cualquier cambio en la configuración debe pasar por la autorización de un adulto.
“SaveFamily nació pensando en aquellas familias que quieren ir preparando a sus hijos para un uso responsable del móvil o, incluso, que se sienten presionadas porque todos los amigos de sus pequeños ya tienen teléfono y ellos se lo piden insistentemente”, ha recordado.