Diez motivos para sonreír en 2022
UNICEF recuerda diez motivos para sonreír en estos últimos días del año, un 2022 complicado para muchos niños en el mundo, que han soportado circunstancias extremas.
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Jonaila, que tiene 13 meses y vive en Filipinas, cautivó a los voluntarios de Unicef con su enorme sonrisa el día antes de sus primeras vacunas de rutina.
UNICEF adquiere y distribuye vacunas y otros suministros esenciales, como los refrigeradores que funcionan con energía solar para mantener la temperatura de las vacunas, y ayuda en la formación de los trabajadores de la salud.
A su vez, trabaja con los gobiernos locales y los líderes religiosos para insistir en la necesidad de aumentar la distribución de vacunas en Filipinas para prevenir futuros brotes de enfermedades.
La supervivencia infantil es una de sus áreas prioritarias de trabajo.
En Costa de Marfil, estos dos niños juegan al aire libre, en el exterior del Centro Hospitalario Pietro apoyado por UNICEF, en Odienné, en el noroeste del país.
En este centro, los bebés son examinados para detectar lo antes posible si sufren desnutrición, y las madres pueden aprender sobre nutrición para favorecer la alimentación saludable de sus hijos.
Estas clases de nutrición incluyen lecciones de cocina que intentan poner el foco en los ingredientes más fáciles de conseguir a nivel local, cuyo resultado es una comida deliciosa y nutritiva que podrán disfrutar con sus hijos.
En Jacobabad, provincia de Sind, en el sur de Pakistán, Ameer Zadi, de 8 años, va a la escuela por primera vez gracias a que UNICEF estableció un centro de aprendizaje temporal en su zona, que fue una de las más afectadas por las devastadoras inundaciones.
UNICEF responde a esta emergencia en Pakistán entregando agua potable, suministros médicos y vacunas, alimentos terapéuticos y kits de higiene para los niños y las familias afectados.
Además de establecer más de 200 centros de aprendizaje temporales, nos ocupamos de la protección y el bienestar psicosocial de los niños y niñas atrapados en esta crisis relacionada con el cambio climático.
Max, de 4 años, junto a su madre Aliona, tuvieron que cruzar la frontera hacia Rumanía tras el estallido de la guerra en Ucrania.
Allí, UNICEF ha puesto en marcha los llamados puntos azules, junto a ACNUR, las autoridades locales y otros aliados. Se trata de espacios seguros a lo largo de los cruces fronterizos en los países vecinos, que brindan a los niños y las familias información y servicios esenciales para aliviar el largo viaje.
Aunque la situación es complicada, UNICEF continúa trabajando las 24 horas para ampliar esta atención y proteger las vidas de muchos niños y niñas afectados por el conflicto.
Parwana tiene 5 años y ahora ya puede reír y jugar junto a su hermana pequeña Afsana, en Herat, al noroeste de Afganistán.
Hace apenas un año la situación era completamente distinta, Parwana padecía desnutrición aguda grave y su vida estaba en grave riesgo.
Afortunadamente, un equipo móvil de salud y nutrición apoyado por UNICEF la derivó a un especialista que le diagnosticó la enfermedad celíaca y pudo salir adelante.
Ahora se ha recuperado y le encanta ir a la escuela que UNICEF apoya en su comunidad, establecida en el campamento para personas desplazadas internas, a las afueras de Herat.
Estos niños y niñas son todo sonrisas mientras disfrutan de una comida caliente que reciben en una escuela apoyada por UNICEF. Están en el estado de Zulia, en el noroeste de Venezuela.
Allí, más de 88.000 niños de 12 estados asisten regularmente a la escuela gracias al programa de alimentación escolar de UNICEF, que puso en marcha alrededor de 300 instalaciones para acogerlos.
Esta acción dejó buenísimos resultados, ya que la tasa promedio de asistencia a clase aumentó del 38,7% en noviembre de 2021 al 91,4% en junio de 2022.
En Siria, Abir, de 22 años, levanta a su hijo de año y medio, en su casa en la aldea de Jarba. Gracias a un equipo médico móvil apoyado por UNICEF, Ishak se ha recuperado de la desnutrición.
El conflicto que vive el país desde hace tantos años provoca una gran escasez de servicios de atención primaria de la salud y de nutrición, a lo que se suma la grave situación económica.
Durante la primera mitad de 2022, UNICEF ha llegado a más de 700.000 niños y niñas y casi 190.000 madres embarazadas y lactantes con pruebas para detectar la desnutrición en el país.
Shamim, de 10 años, es estudiante en el distrito de Kotido, en el norte de Uganda. Lo vemos muy contento después de su almuerzo. La escuela donde va a clase tiene un sistema de agua alimentado por energía solar construido por UNICEF, que les permite servir las comidas a tiempo a todos los niños.
Este programa de UNICEF, que se implementa en los ocho distritos de Karamoja, beneficia a 88 escuelas primarias y 12 secundarias, a las que asisten unos 56.000 niños y adolescentes.
Es uno de nuestros objetivos más importantes, proporcionar acceso sostenible a agua potable y difundir mejores prácticas de saneamiento e higiene personal en las escuelas primarias y secundarias de Karamoja, sobre todo poniendo especial atención en las niñas, para las que se han instalado baños.
En algunas escuelas, el agua de los sistemas de suministro solar también se utiliza para regar los huertos.
Maricica, de 6 años, sueña con ser jugadora de fútbol en el futuro. En esta ocasión, la vemos en la cancha después de un partido que le hacía especial ilusión: ha jugado junto a otros niños y niñas y futbolistas profesionales en Moldavia.
Ese día intentaba trasladar a toda la sociedad un mensaje muy importante: "cada niño y niña tiene derecho a sentirse incluido".
En UNICEF trabajamos para que todos los niños del mundo tengan las mismas oportunidades y puedan alcanzar su mayor potencial a lo largo de su vida, que el cumplimiento de los derechos de la infancia sea una realidad para todos ellos.
La madre de Rebecca, temiendo por su salud, la lleva al centro sanitario para que le den la dosis oral de la vacuna contra el cólera. En Haití, donde viven, ha surgido recientemente un brote que pone en riesgo la vida de muchos niños y niñas.
Con el apoyo de UNICEF, el país ha puesto en marcha una campaña para inmunizar a 1,7 millones de personas. Unos 2.300 equipos de vacunación se han desplegado este mes para permitir que casi la totalidad de la población de las comunas reciba la vacuna contra el cólera para protegerlos de la enfermedad.
UNICEF también contribuye con la provisión de combustible para mantener operativa la cámara frigorífica y el depósito nacional de vacunas, equipa a más de la mitad de los equipos de vacunación con portavacunas para mantener las vacunas contra el cólera a la temperatura adecuada y asegura la disponibilidad de incineradores y bolsas especiales para gestionar los residuos biomédicos y reducir los riesgos de contaminación.
Cada una de estas historias de éxito no hubieran sido posibles sin el compromiso de todos, ¡tú has sido parte de ello! La infancia es nuestra razón para crecer, juntos somos capaces de llegar a cada niño y niña.