Uno de cada tres menores de la Comunidad está en riesgo de exclusión
De los 378.759 menores de 18 años que residen en Castilla y León, según el último padrón a 1 de enero de 2016, 100.750 están en riesgo de pobreza, según el estudio elaborado por Comisiones Obreras.
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El fenómeno de la pobreza infantil es la consecuencia más cruel de la precaria situación socioeconómica que atraviesa nuestro país, según ha lamentado el sindicato en un comunicado.
El número de estas niñas y niños que viven una situación de pobreza no ha dejado de crecer desde el 2008, y en estos momentos el factor que sigue influyendo más en ella, es la carencia de empleo en sus hogares.
Según UNICEF y el Ministerio de Sanidad y Servicios Sociales, desde el último año, la tasa de pobreza de los menores de 18 años se ha incrementado desde el 29,6% al 29,7% en España; mientras que la tasa de riesgo de pobreza general para toda la población está en 22,3 por ciento.
Además, diferentes estudios de entidades con experiencia demostrada en la materia, señalan otro riesgo añadido en la situación de este sector de población como es que la pobreza se hereda de unas generaciones a otras, de manera que corre el riesgo de perpetuar estas situaciones.
Si se considera la tasa AROPE, que indica el riesgo de exclusión, se constata que en 2016 el 29,5 por ciento de la población menor de 18 años en la Comunidad se encuentra en esta situación, es decir, 111.734 niños y niñas. O sea, casi de uno de cada tres menores está en riesgo de exclusión en Castilla y León.
La evolución comparada del riesgo de exclusión de las y los menores del conjunto del Estado y los de Castilla y León desde el 2008, muestra un panorama cuando menos preocupante, puesto que los índices siguen por encima de los que había al inicio de la crisis, y aún cuando nuestra Comunidad tiene una tasa de riesgo inferior, sigue siendo muy elevada y carente de una tendencia clara a la baja, ha señalado Comisiones Obreras.
Dónde sí ha encontrado el sindicato una tendencia a la mejora es en proporción de niñas y niños de la Comunidad que viven en hogares con baja intensidad en el trabajo, habiendo pasado de 11,7 a 9,4 por ciento y habiéndose colocado en mejor situación que la tasa nacional, cuando se partía de peor situación que el conjunto de España.
Ello es fruto, entre otros factores, de las medidas de inserción laboral dirigidas específicamente a colectivos en riesgo de exclusión social.
