La Audiencia provincial condena a un hombre por abusar sexualmente de su hija
La Audiencia provincial de Soria ha condenado a J.P.Z. a nueve años de prisión por un delito continuado de abuso sexual cometido en la persona de una de sus hijas, además de la prohibición de acercamiento durante 15 años a menos de 300 metros a la persona de su hija, a su domicilio o lugar de trabajo.
La sentencia, dictada por un tribnal formado por el presidente de la Audiencia provincial de Soria, José Manuel Sánchez Siscart, y los magistros José Luis Rodríguez Greciano y María Belén Pérez-Flecha, condena además a J.P.Z., de nacionalidad boliviana, en materia de responsabilidad civl, a indemnizar a su hija en la cantidad de 60.000 euros, más los intereses legales que correspondan.
La sentencia también condena al acusado al pago de las costas procesales, incluidas las causadas a la acusación particular y mantiene las medidas cautelares de prohibición de acercamiento y de comunicación vigentes en la presente causa.
El tribunal ha considerado que el relato de la víctima ha ofrecido numerosos detalles en los que se aprecia persistencia en relación con las diferentes declaraciones prestadas a lo largo de la causa, y con cuantas ocasiones la víctima ha ido desvelando la situación vivida a manos de su padre, esto es, la continuidad en los tocamientos desde los 4 a los 16 años.
"El relato de la víctima resulta plenamente creíble y verosímil, a juicio del tribunal", ha subrayado.
Estos abusos sexuales han consistido en episodios de besos con lengua y succión de pezones, múltiples tocamientos en las partes genitales y pechos, varias masturbaciones que realizó a la menor y también que ésta tuvo que practicarle a él, colocación del pene en la entrepierna, dos intentos de penetración a los 6 y 9 años, y un acceso bucal en el año 2007 como acción más gravemente penada de todas las cometidas.
El novio que tuvo la menor durante dos años y medio, desde finales de diciembre de 2014, cuando ella estaba a punto de cumplir 17 años, ha testificado cómo la víctima le narró estos abusos que había sufrido por parte de su padre, y en concreto el hecho de haberle obligado a mantener sexo oral.
Dicho desvelamiento, comprensivo tanto de haber sufrido abusos en Bolivia como en España, se produjo después de varios meses de haber iniciado la relación, pues precisamente cuando avanzaban en la intimidad ella se sentía incómoda, más reacia, lo que a él le parecía raro, y terminó contándole lo que le pasaba.
La madre ha manifestado también haber observado este tipo de conductas por parte del acusado cuando la hija era pequeña, pero manifestando que la iniciativa era del acusado.
El acusado ha sostenido en el juicio que la víctima ha tenido una motivación espuria en la interposición de la denuncia, por muy diversos motivos, "porque era muy estricto, porque no les daba dinero, porque días antes tuvo una discusión con la víctima a cuenta del pago de 20 euros, que la madre está detrás de la denuncia, que ésta ya le denunció en 3 ocasiones en Bolivia "con trampas".