TRIBUNA / Persiguiendo información

TRIBUNA / Persiguiendo información

Me parece muy bien, o mejor que muy bien, me parece lógico y natural que cultura, el Ministerio de Cultura, quiera conocer todos los pasos que se den en torno al tratamiento urbanístico del llamado Cerro de los Moros, puesto que si bien la gestión urbanística es de competencia exclusiva del Ayuntamiento (el de Soria en este caso), la dimensión adquirida por la citada cuestión desborda los límites más de lo conveniente. Y ello por una doble razón.

La primera por ese desbordamiento que se dice, clamor popular que, sin tener nada que ver con el urbanismo en sí ni con su gestión, afecta y remueve sentimientos escondidos al interior del ciudadano, sentimientos que demandan atención y cauce.

La segunda estriba, según lo entiendo, en la necesidad de atajar una desviación que parece apuntar en el artículo publicado en el Heraldo de Soria según el cual la estricta competencia y responsabilidad municipal en todo ello tiende a delegar, o descansar por así decirlo, en base a la confusión o superposición recíproca entre dos ámbitos jerárquicos y competenciales absolutamente diferentes. De una parte el propio del Ministerio de Cultura. De la otra, el del Ayuntamiento de Soria.

En efecto, según el citado artículo, la resolución del Ministerio de Cultura habilita al Ayuntamiento para que prosiga y supere la parálisis provocada por la denuncia de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando en el sentido de la supuesta pérdida o destrucción de valores patrimoniales, históricos, arqueológicos o de paisaje cultural en la zona del Cerro de los Moros.

En una palabra, se da a entender que Bellas Artes paralizando y el Ministerio de Cultura desbloqueando, abren así un nuevo capítulo en el que al Ayuntamiento se deja en una situación fundamentalmente ambigua, esto es, favorable a la toma de postura que más convenga, pues por una parte parece que asiste a la cuestión en funciones de convidado de piedra, pero por otra parece que la vía municipal se despeja tras haberse neutralizado dos intromisiones contradictorias y ajenas. Tal es el motivo preciso y exacto que motiva las consideraciones que intento exponer de la forma más razonada y consecuente posible.

Por lo que a la decisión del Ministerio de Cultura en el sentido de solicitar información cumplida de toda decisión municipal sobre la cuestión que se debate se refiere, repito lo dicho más arriba. Me parece oportuna, necesaria y dirigida en favor de procurar claridad donde domina la confusión y la duda.

Y sin ánimo alguno de otra cosa diferente a colaborar en la modesta medida que lógicamente me cabe hacerlo, también indicaría que sin menoscabo de la competencia y responsabilidad municipales en todo este asunto, se recordase a dicho ayuntamiento que la obligación de facilitar la información solicitada por el Ministerio asiste también, aunque por diferentes causas de naturaleza jerárquica y administrativa, a toda persona física o jurídica, plataforma, institución o estamento que la solicitase. Excuso decir que la petición ministerial apoya y refuerza estas otras peticiones de menor bulto y entidad pero igualmente preceptivas, y por lo tanto, de obligada atención y cumplimiento.

Fdo: Ángel Coronado