TRIBUNA/ El Gordo y el Flaco
Ángel Coronado reflexiona en este artículo de opinión, al hilo de la pancarta que luce en el céntrico El Collado sobre "Soria en contra de la violencia con la mujer", sobre la oposición binaria, un concepto clave en el estructuralismo, una teoría de la sociología, la antropología y la lingüística que establece que todos los elementos de la cultura humana solo pueden entenderse en relación unos con otros y cómo funcionan dentro de un sistema más amplio o del entorno general.
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TRIBUNA/ El Gordo y el Flaco
Salgo a la calle y lo primero que leo: una pancarta instalada en altura y al inicio de El Collado a modo de friso luminoso navideño. Dice así: “Soria en contra de la violencia con la mujer”. Me uno a ello de inmediato. Y ya unido se me ocurre pensar en otra cosa y pienso (con perdón) en el par de oposición binaria.
El par de oposición binaria es el clásico y familiar “o conmigo o contra mí”. También el “Todo o nada”. También el “Blanco y negro”, e incluso el “Bueno y malo” junto al par de cómicos inolvidables Stan Laurel y Oliver Hardi “El Gordo y el Flaco”.
Ya en plan doctoral y haciendo como si eso, el par de oposición binaria es un dispositivo, una especie de herramienta de muchísima utilidad teórica. En la práctica es absolutamente nula. No sirve para nada. Un simple destornillador es infinitamente más eficaz, pero así como un destornillador no sirve para nada sin el tornillo, al par de oposición le importa tanto un tornillo como todo el arsenal mecánico de una fábrica de automóviles o de toda la industria de los Estados Unidos de Norteamérica y de la China juntos. Se basta y se sobra ella misma
El par de oposición te dota de superpoderes quieras que no. Quiero decir que podrás gozar de los mismos (fuesen éstos los que fueren) sin él, pero en su virtud, los refuerzas, en tanto que si no los tienes, te los regala sin que te des ni cuenta.
Leo la pancarta y de inmediato me uno a ella, y como de siempre estuve contra la violencia allí donde ésta floreciese (todos decimos lo mismo pero según creo estoy entre los que lo decimos de verdad) excepto en los casos de defensa propia, que ofrecer la otra mejilla en caso de bofetada nunca, y como florece de forma especial en contra de la mujer según dicen los datos fehacientemente contrastados de que disponemos, pues estoy desde siempre en contra de la violencia con la mujer y por eso no me doy mucha cuenta de lo mismo hasta que un par de oposición binaria (con perdón) se me presenta en forma de pancarta según digo.
El par de oposición binaria es implacable. Al punto me dicta su complementario que resultaría ser así: “Soria a favor de la violencia con la mujer” Y me quedo clavado. No sé, literalmente, qué hacer. O mejor, no sé literalmente que pensar. O todavía mejor, excepto lo que ahora digo, no sé literalmente qué decir. Tal es la razón por la que prosigo.
¿Qué diría Ud. si viese a alguien invitando a Soria, a la provincia de Soria, para situarse justo al sur de La Rioja como quien cede el paso, por educación, al anciano o al maestro? ¿O si viese otra pancarta declarando a Soria partidaria de mojarse cuando llueve? ¿O de ocupar el puesto entre provincias que por orden alfabético correspondiese? “Soria a favor de ocupar el puesto nº 42 entre las provincias españolas según el orden alfabético de su nombre” ¿O de ser pura y además cabeza de Extremadura?. El par de oposición binaria es implacable. Te arrincona, te reduce al absurdo lo que pilla y sacando de la chistera su opuesto, te lleva por la carretera cono si, tren, fueses por una vía.
Pero no. Pero tampoco. El par de oposición binaria puede ser aún más artero que todo eso. Mezcla sin mezclar y esconde sin esconder. Lo natural con lo político y lo ideológico agazapado entre la maleza. ¿Soria en contra de la violencia con la mujer? ¿Cómo que si Soria en contra de la violencia con la mujer? ¡Mujeres de Soria, de Murcia, de Colmenarejo! ¿Cómo que si Colmenarejo en contra de la violencia con la mujer? ¡Mujeres de Colmenarejo, de Bollullos de la Mitación y de Soria! ¿Es que vosotras necesitáis que se os diga que Soria está en contra de la violencia con la mujer? Y lo que es peor: ¡Mujeres de cualquier lugar! ¿Es que vosotras no queréis leer esta pancarta que yo, alcalde de cualquier lugar porque quiero y porque puedo colgarla en la calle (y a ver quién puede hacer eso sino yo), es que no queréis leer que mi ciudad está en contra de la violencia con la mujer?
Vosotras diréis, mujeres de cualquier ciudad. Por mi parte digo que nada es gratis. Ni aún los regalos, los regalos de verdad, son gratis, pero el par de oposición binaria obra milagros. Parece que regala pero regalando cobra. Parece que dice, pero no dice nada. Y lo peor, sin insultar insulta. El único antídoto es viejo también: la ley del talión: el insultado tiene derecho a insultar, y dice: a palabras necias oídos sordos. Y lo peor, hay muchas clases de necios.
Fdo: Ángel Coronado