OPINIÓN/ Centenario de la muerte de Joselito

OPINIÓN/ Cien años de la muerte de Joselito "Gallito"

Se cumplen cien años de la muerte en Talavera de la Reina (Toledo) de José Gómez Ortega: Joselito  ” Gallito”. Fue un 16 de Mayo de 1920, y ese mismo día, viene a concluir lo que se ha denominado la Edad de Oro del Toreo (1912-1920). Un tiempo en el que convivieron dos de los más grandes creadores y transformadores del mismo: Joselito y Juan Belmonte.

Desde la Asociación Taurina  Celtiberia, recordábamos, a través de la prensa soriana , el centenario en 1992 del nacimiento de Belmonte, torero genial, revolucionario y complementario de José. Hoy, en un año en el cual la pandemia del coronavirus nos impide homenajearle con conferencias y exposiciones de las que hubiera sido merecedor, queremos acercar al aficionado soriano la figura del “arquitecto del toreo moderno”.

Y es que Joselito transforma las bases del toreo desde la técnica, pero también desde los despachos, concibiendo desde dentro una nueva fiesta, un nuevo modelo de espectáculo que será el que perdure hasta nuestros días. Y ello lo cimienta en tres pilares: su expresión del toreo, su transformación del toro de lidia, y su concepción del “nuevo” espectáculo taurino.

José Gómez Ortega, Joselito “Gallito” es un torero clásico, un torero académico y lógico. Es un torero de las luces, renacentista: fácil, alegre, limpio, elegante. Sevillanísimo. Su principal aportación es que inicia el toreo en redondo. Cualidad esta que nos descubre Pepe Alameda: y es que gracias al giro de sus talones, al cambio constante de terrenos y a dejar siempre el engaño en la cara del toro consigue el mando sobre las embestidas.

Sólo su trágica muerte en Talavera, le impediría al hijo de la bailaora y cantaora  Gabriela Ortega, culminar la obra artística que estaba creando. Es decir, aunar a su aportación de torear en redondo, el irse al pitón contrario que había descubierto Belmonte (por eso decimos que son dos toreros complementarios).  Para finalizar esa obra, la fiesta debería de esperar algunos años más, en concreto a Mayo de 1928 cuando otro sevillano, Chicuelo, realizaría la primera faena del toreo moderno como hoy lo concebimos.

José Bergamín, gallista militante, afirmaba que Belmonte era una mala revolución y Joselito un buen renacimiento. Fuera de rivalidades, lo que es cierto es que Joselito” El Gallo” fue un torero neoclásico, un torero del “Renacimiento”, que también trasladó sus conocimientos al cambio en las ganaderías de su tiempo. Instaura la figura del veedor de toros que no existía hasta ese momento, y por su profundo conocimiento de los toros, consigue imponer la casta Vistahermosa haciendo que sus variantes de Ibarra, Murube o Santa Coloma pasen a ser las predilectas de toreros y aficionados. Es José, quien construye los fundamentos, también aquí, de lo que daríamos en llamar” el toro moderno”.

Pero además, consciente de la necesidad de crear una Fiesta concebida como un espectáculo de masas, con un mayor número de público y un abaratamiento de las entradas; Joselito se empeña como impulsor,  en la construcción de las plazas monumentales. Es el “renacimiento”, a través de su visión de futuro, la nueva concepción del festejo taurino convertido en el primer espectáculo de España. Joselito construye lo que sería (hoy desaparecida) la monumental de Sevilla, pero más aún, ese proyecto sería trasladado de forma casi idéntica a la actual plaza de toros de Pamplona. Gallito alentó la conversión a la que hoy conocemos como Monumental de Barcelona, y disparó la mecha para la proyección de muchas plazas monumentales que llegarían más tarde (incluida las Ventas de Madrid).

Todo lo dicho, sirva como homenaje, en el centenario de su muerte, a Joselito “Gallito”, el “Arquitecto de la Fiesta Taurina del Siglo XX”.

Fdo: Asociación Taurina Celtiberia