Ferrocarril Soria-Castejón: crónica de una muerte lamentada
El Ayuntamiento de Soria lidera una plataforma para reabrir al tráfico la línea ferroviaria Soria-Castejón, cerrada en 1996, tras años de soportar el déficit la Junta de Castilla y León, para evitar el cierre contemplado por el ministro de Transportes, Turismo y Comunicaciones, Enrique Barón, en 1984.
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El cierre al servicio de la línea de Soria a Castejón, lo llevó a cabo Renfe el 1 de diciembre de 1996 con la anulación del Regional 8780 Madrid-Chamartin, Soria y Castejón que realizaba un solo viaje al día y regresaba a Madrid Chamartín con el 8781. El servicio se mantenía al amparo del convenio entre la UN de Regionales de Renfe y la comunidad Autónoma de Castilla León.
Ante la inhibición de la Comunidad Foral de Navarra y la de Rioja, la Comunidad Autónoma de Castilla y León decidió retirar la subvención que permitía enjuagar el déficit de explotación en esta línea.
Fue en 1984, con el primer Gobierno socialista, cuando la política ferroviaria cambió de rumbo y significó una auténtica tragedia para muchos pueblos de España, en especial de las comunidades más extensas, entre ellas Castilla y León.
EL ministro de Transportes, Turismo y Comunicaciones, Enrique Barón, elevó al Consejo de Ministros celebrado el 30 de septiembre de 1984 una "propuesta de acuerdo sobre actuaciones en las líneas altamente deficitarias de RENFE".
Con arreglo al acuerdo del Gobierno, el Estado suspendió las obligaciones de servicio público —y en consecuencia, las compensaciones a RENFE— en 2.484 kilómetros de líneas o tramos a partir del primero de año de 1985, de los 3 .055 kilómetros sujetos a estudio de rentabilidad económico-social . En los 571 kilómetros restantes se mantendrán los servicios con las oportunas compensaciones estatales.
El ministro declaró, según recoge la prensa de la época, que el Estado ahorraría, durante el año 1985, en sus Presupuestos Generales, un total de 7.101 millones de pesetas al suprimirse las compensaciones a RENFE por la explotación de las indicadas líneas.
Barón defendió que el Gobierno mantendría su política en pro de la modernización del ferrocarril y centraría la atención en los principales pasillos y ejes ferroviarios, destinando destinando las grandes inversiones a la ampliación y mejora de los servicios de cercanías, que a su juicio tienen un porvenir más interesante desde el punto de vista del balance social de la economía.
A preguntas de los periodistas, el ministro reconoció que decisiones como ésta eran dolorosas pero necesarias en aras de la economía española y, en cuanto a las manifestaciones y polémicas en torno a los cierres, señaló que son muchas veces expresión más de carácter cultural que económico y social.
En cualquier caso, Barón aseguró que el cierre no llevaba aparejado el desmantelamiento de las instalaciones, y arguyó, por lo que atañe a los intereses de la Defensa Nacional, que en una hipótesis de conflagración bélica el ferrocarril sería un elemento más en la movilización general de los efectivos del país.
La solución
La Asociación Soriana de Amigos del Ferrocaril (ASOAF) ha señalado en su página que la solución de la Soria-Castejón pasa por seguir el ejemplo de la línea ferroviaria Zaragoza-Valencia, que ha vuelto a despertar el interés de las empresas para el transporte de su producción, confíado a grandes firmas de logística.
La ruta registra actualmente una veintena de convoyes de mercancías a la semana en los que viajan un total de 15.000 toneladas de productos diversos.
Los convoyes que transitan tanto en sentido Zaragoza-Teurel-Valencia como a la inversa, transportan coches recién salidos de la fábrica Opel en Figueruelas y contenedores con todo tipo de mercancias, desde alimentos a bicicletas o turismo desmontados y embalados.
Según datos de la Autoridad Portuaria de Valencia, en los cuatro primeros meses de 2018, el puerto de Valencia, centro neuralgíco de los trenes de mercancías que circulan por la línea turolense, recibió 88 convoyes.