Ancha es Castilla
Un paso... una vida
Los vecinos ponen nota
Antes que ancha -o además-, Castilla es varia y diversa, dejo escrito Miguel Delibes. La fundación Villalar lo deja claro en La memoria del tiempo, exposición que retrata de dónde venimos.
Como dijo el presidente de las Cortes regionales, José Manuel Fernández Santiago, la exposición, que estará abierta en el centro cultural Gaya Nuño hasta el 27 de febrero, es el mejor trabajo fotográfico sobre la historia de Castilla y León, coordinado por Publio López Mondéjar.
A Castilla le ha hecho la literatura, pensaba Azorín, pero también el trabajo de sus fotógrafos, que reflejaron su imagen, sus personajes, sus paisajes, sus penurias y sus grandezas. De todas ellas da cumplida cuenta esta muestra, que abarca un siglo (1836-1936) que sirve para alimentar la nostalgia pero también para enriquecer el legado histórico de la actual Comunidad y demostrarnos lo que hemos cambiado. Un centenar de fotografías -de ellas, 26 captadas en Soria- nos llevan a una tierra austera en una España desigual y desigualitaria que apenas dedicaba una mínima parte de sus presupuestos a la cultura y donde los estudios superiores eran un privilegio de las clases acomodadas. Una España que abría el siglo XX impactada por la pérdida de sus últimas colonias y con un 63 por ciento de sus 19 millones de habitantes como braceros y campesinos sin tierra. Una realidad, recogida en la exposición, que afectaba especialmente a las regiones más deprimidas, entre ellas las dos Castillas.
NEGOCIO FOTOGRÁFICO
A pesar del panorama, el negocio fotográfico se consolidó en las ciudades de Castilla en los umbrales del siglo XX. Venancio Gombau, desde Salamanca, se convirtió en el gran maestro de las generaciones que le siguieron, creador de un copioso archivo que hoy se conserva. Entre sus trabajos más conocidos se cuentan sus excelentes retratos de Miguel de Unamuno. Digno de perpetuación fue la obra de los retratistas ignorados que se buscaban la vida siguiendo las trochas y caminos de Castilla y que también tienen un hueco es la exposición, con retratos de campesinos que buscaban recomponer la geografía afectiva de su entorno familiar, diariamente devastado por la enfermedad y la muerte. Como si hubiesen escuchado a Machado, estos fotógrafos no perdieron nunca el contacto con el suelo. Y nos dejaron imágenes conmovedoras de la medida de la estatura de nuestros abuelos; de nuestra propia estatura.
El gran reportero de Soria
AURELIO RIOJA de Pablo es uno de los fotógrafos más interesantes de su tiempo. Retratista, editor de postales y corresponsal gráfico de las principales publicaciones ilustradas, su estudio fue el más importante de Soria en los umbrales del siglo XX. Cuando en octubre de 1912 llegó Sorolla a Soria para realizar uno de sus murales para la Hispanic Society de Nueva York, Rioja fue el encargado de guardar memoria gráfica de la visita. Tomó 67 vistas de tipos y estampas de la provincia, albúminas montadas sobre cartón, que facilitó por cuarenta dineros, al gran pintor valenciano.