Detectada la presencia de siluros en el embalse de Los Rábanos
Los pescadores han pedido medidas para erradicar su expansión, que pone en peligro a especies autóctonas
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El embalse sigue soltando agua
Los pescadores sorianos están cada día más preocupados, por la aparición en las aguas del Duero, en el embalse de Los Rábanos, de una especie depredadora como los siluros.
La presencia de esta especie se ha comprobado en las aguas del pantano y aguas abajo de la presa, lo que está alarmando a los pescadores, que ya se han dirigido a la Junta de Castilla y León para que tomen las medidas pertinentes para terminar con ellos.
Los siluros son una especie implantada en el río Ebro y son los causantes de la desaparición de algunas especies piscícolas autóctonas, como las truchas o los barbos.
El siluro es el pez de agua dulce de mayor talla de toda Europa y puede alcanzara los 2,5 metros de longitud total y más de cine kilógramos de pesos, según Joaquín Carol y Emili García.Berthoy, del Instituto de Ecología Acuática de la Universidad de Girona.
El siluro tiene el cuerpo alargado y comprimido lateralmente en la parte posterial. Tiene la cabeza grande, ancha y aplanada.
El siluro es una especie introducida en España y que se pesca en varias comunidades autónomas, especialmente en Cataluña y Aragón. Es una especie originaria del este de Europa y oeste de Asía.
En la Península Ibérica fue introducida en 1974 en el río Segre, en la cuenca del Ebro. Posteriormente, se ha introducido en el tramo bajo del río Ebro y en los embalses de Mequinenza y Riba-roja. También ha sido introducido en la cuenca de Tajo.
ALIMENTACIÓN OPORTUNISTA
Su hábitat preferido son las aguas con poca corriente, profundas y turbias de tramos bajos de ríos y grandes lagos y embalses con abundancia de peces. La especie es relativamente tolerante a la contaminación. El siluro tiene una alimentación oportunista, es un depredador voraz y agresivo que a lo largo del crecimiento modifica su régimen alimenticio. En la fase adulta se alimenta sobre todo de peces y cangrejos, aunque se puede alimentar también de ranas, roedores y aves acuáticas de forma ocasional.
Suponen un problema mediombiental, aunque en algunos puntos de España el siluro prospera como atractivo turístico, capaz de atraer a extranjeros aficionados a la pesca que acuden para soltar adrenalina esperando un gran ejemplar. Ocurre en el embalse de Mequinenza, en la provincia de Zaragoza, a tiro de piedra del tramo catalán del Ebro.
La expansión del siluro a zonas en las que no estaba presente ha sido provocada por el hombre, intencionada. En Europa fue introducido en más de seis países en los que jamás había habido siluros hasta entonces. En España, la primera introducción tuvo lugar en el río Segre (Cataluña), hace cuarenta años. De forma ilegal, para fomentar la pesca, se soltaron en las aguas del Segre 32 ejemplares jóvenes de siluro.
El carácter invasor de estos peces en aguas españolas ha llevado a adoptar medidas para tratar de frenar su proliferación, que no su erradicación –algo que hace tiempo se da por imposible–. Por ejemplo, Castilla-La Mancha decretó en 2009 una serie de medidas destinadas a contener el avance de esta especie: está prohibida la comercialización del siluro, incluyendo el transporte, tenencia y estabulación de ejemplares para tal fin, tanto en vivo como en muerto, incluidas sus partes y derivados, huevos y esperma.