TRIBUNA / La palanca
Ángel Coronado incide en este artículo de opinión en el brote de gastroenteritis registrado en las aguas del río Queiles, en Tarazona, y la posible presentación de acciones legales que ha anunciado el Consistorio de Tarazona, y de las que no ve que sea posible.
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TRIBUNA / La palanca
¿Posibles acciones legales por brote de gastroenteritis?
Lo veo difícil. Para proceder legalmente contra algo es necesario apoyarse en otro algo y hacer palanca. Otro algo. He ahí la cuestión. Otra norma, otra ley, otro protocolo, otro punto de apoyo, palanca de cualquier género que ha de ser, necesariamente, otra ley, otra norma, otro algo. No somos de letras y nos falta vocabulario. Pero la metáfora de la palanca nos parece acertada en esta situación.
Al fin y al cabo toda norma o toda ley no es sino apoyo a posibles acciones legales contra lo que fuere y lo mereciese. Ir en contra de un brote de gastroenteritis lo es. Necesitamos un apoyo. Lo primero, sin embargo, es el estado de los afectados. Parece que eso marcha bien. No noticias, buenas noticias. Lo primero es aliviarles de su mal. Las acciones legales por brote de gastroenteritis no son pastillas contra la gastroenteritis.
A los afectados lo primero que les interesa es ser curados. Gracias a Dios, eso parece que no va mal, y por ello nos alegramos. No noticias buenas noticias, que solemos decir nosotros en esos casos. En otros casos no. Entonces solemos decir que no noticias buenas noticias también, pero según para quién. Para el Ayuntamiento de Tarazona, ya decimos, buenas también. Para nosotros no tanto, porque ya decimos, ahora viene lo del punto de apoyo, que no todo el monte es orégano para eso, señores de ayuntamiento de Tarazona. Tenemos (tenéis que encontrar ese punto de apoyo y en eso estamos con vosotros) que buscar ese punto de apoyo. Punto pelota.
Pero ahora viene lo de buscar responsables, ajustar cuentas y procurar que si ha de venir otra cagalera, no sea por el mismo motivo ni tampoco, esto sobre todo, afecte de una forma tan masificada y tan aparentemente clara. La culpa la tienen unas bacterias o unos virus o protozoos (no somos abogados pero tampoco biólogos ni médicos ni farmacéuticos) cuyo nombre, por lo visto, es el de Crystosporidium. No hay presunción de inocencia para ellos.
Nos gusta el pescado. Si hubiese que prescindir del pescado o de la carne, no sé, pero acaso habría llegado la hora de decirle adiós a las chuletas. Tampoco tenemos piscifactoría, pero nunca digas que de esta agua no beberé. Si llegásemos a tenerla, buscaríamos para nuestros peces el agua mejor y más limpia. La mejor fuente, el mejor y más abundante manadero. Tampoco somos expertos en manaderos, pero el del Queiles (hablamos de oídas), es el mejor, más constante y abundante de la península y uno de los mejores de Europa. Hasta un metro cúbico y medio por segundo los trescientos sesenta y cinco días del año. Ya está bien. Nos gustaría ese manadero y por eso comprendemos que a Eurotrucha le guste. Se nos adelantó.
Además, ahora nos enteramos, existen incentivos para ese tipo de instalaciones. Lo primero es elegir el manadero. En eso consiste el primer incentivo, el primero pero no el último. Hay más. Al menos otro, así a bote pronto que se dice. Ahora nos enteramos de que no es necesario para obtener todas las bendiciones de donde puedan proceder todos los permisos para instalar una piscifactoría, no es necesario instalar un dispositivo que no deja vivo ni un Crystosporidium, según parece, que nosotros, ya decimos, no somos biólogos ni mucho menos. Ahora nos enteramos, a buenas horas nos enteramos, y nosotros a estas horas y con estos pelos. Ahora nos enteramos (El Mirón de Soria bajo el título “Posibles acciones legales por el brote de gastroenteritis”, 27/10/2023).
Se trata de una instalación cuyo coste se estima en unos 210.000 eurazos que recibe el nombre de Instalación Ultravioleta Híbrida. I.U.H para entendernos. Suena mejor I.N.U.H.L. La verdad, no es barato, pero quien algo quiere, algo le cuesta, y el que quiera peces que se moje el culo. Nosotros, de piscifactorear (ahora nos enteramos), no tendríamos que mojarnos nada de nada.
Y es por eso, señores de ayuntamiento de Tarazona, que vemos difícil proceder legalmente contra el brote de gastroenteritis, porque nos parece que falta el apoyo con el que hacer palanca. Y antes de que nos obliguen a instalar la cosa ultravioleta híbrida intentaremos hacernos una piscifactorieta por ahí, que si no lo hacemos solo sería por evitar que alguien inocente pudiese sufrir de cagalera, porque a todo aquél que lo intentase (a ver si me instalo una macrogranja de peces y a ver si aprendemos a llamar a las cosas por su propio nombre), tiene tendida su alfombra. Falta de apoyo en su contra y de paso en contra del bichejo malvado. Me llamo Lucas y al Ayuntamiento le toca velar por la salud y bienestar de sus vecinos. Más que alfombra tapiz. Persa o flamenco nos da igual.
De cualquier forma, deseamos lo mejor para los vecinos de Tarazona y aledaños. ¿Qué suponen 200.000 eurazos entre quince mil vecinos a repartir? No somos matemáticos, pero tocarían a menos de 15 euros por cabeza.
Ya digo, no somos farmacéuticos, pero cualquier pócima antidiarreica cuesta más.
No nos parecería mal que Tarazona instalase un I.N.U.H.L. en su depuradora, o mejor antes, porque esa es otra. En este caso el orden de los factores sí afectaría el producto. No vayamos a permitir a los Crystosporidium que hagan de las suyas primero para luego castigarlos, que esa es otra de las buenas. Guerra preventiva y sin cuartel a los Crystosporidum. Nunca en otro caso. Y no nos ponemos aquí a lo de las guerras preventivas, pero no por falta de ganas por venir ahora tan a cuento, sino porque no. Ahora no y a la salida esperamos. Primero el I.N.U.H.I., como dando la bienvenida a sus turistas visitantes y su merecido a los bichejos inmundos. Luego Tarazona. Y a la salida su depuradora como Dios manda y es sabido.
Señores de ayuntamiento de Tarazona, no lo dudéis. A por el I.N.U.H.L. Y luego a por todas. Nosotros, aquí en Soria, tocaríamos a menos de la mitad, unos cinco eurazos. Y que no sirva todo esto para que nadie se nos adelante, que el manadero del río Golmayo no es como el del Queiles, pero que nadie se olvide, que tampoco es manco. Además, pacíficos ciudadanos de cualquier parte del mundo, que nadie lo dude, es mejor recibir cuatro guantadas que ocho.
Y a los piscifactoreantes que les quiten lo bailado, que ya está bien. En caso de piscifactoría, ¡Queremos nuestro I.N.U.H.L.! ¡Queremos nuestro I.N.U.H.L.! Y luego con vosotros, a por todas.
Fdo: Ángel Coronado