Noviercas representa la leyenda becqueriana "Los ojos verdes"
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Noviercas ha rendido hoy tributo al que fue su vecino más ilustre, Gustavo Adolfo Bécquer, con la representación de su leyenda "Los ojos verdes" en el lugar que le inspiró.
Los ojos verdes es uno de los cuentos que provienen del libro de leyendas escrito en 1861 por Gustavo Adolfo Bécquer y que trata sobre los espíritus femeninos de las aguas.
Un grupo de alumnos de CEPA Gustavo Adolfo Bécquer, de Ólvega, han representado esta leyenda, tras recorrer los noviercanos una ruta senderista desde el pueblo hasta el pozo Román, pequeño remanso de agua en el río Araviana donde Bécquer se inspiró para componer su leyenda.
LEYENDA
Íñigo es un montero, que un día cazando con su amo Fernando, aciertan a un ciervo, el cual herido trata de huir. Entonces, el cervatillo había huido hacia un lugar conocido como “la fuente de los Álamos”, donde según se dice, habita un espíritu del mal.
Fernando pretende seguirlo una vez que se había adentrado en tal lugar. Íñigo, su montero, le advierte del peligro, y que la caza está perdida, pero Fernando orgulloso se adentra para recuperar esa pieza, la cual era la primera herida por sus manos. No obstante Íñigo le advierte que es una presa perdida, y que la fuente es un lugar peligroso, Fernando decide ir tras ella, adentrándose en los Álamos para recuperar su ciervo.
Días más tarde, Íñigo pregunta a su amo que por qué está tan triste, tan pálido, como si algo le preocupara, y en qué ocupa todas las horas que pasa cada día en los Álamos; a lo que su amo Fernando le responde describiendo el lugar, y que logró ver unos hermosos ojos verdes entre el rocío de aquel maravilloso lugar, unos ojos que lo tienen prisionero y que busca cada día.
Entonces Íñigo le advierte, lleno de terror y asombro, que esa mujer es en realidad un demonio que quería apoderarse de su alma.
Finalmente, cara a cara con la misteriosa mujer, a la orilla de la fuente, Fernando le confiesa, totalmente obsesionado, que si ella fuese un demonio, igual la amaría siempre y en la eternidad. Sobre el final, Fernando es arrastrado al interior del río.