Una senda para disfrutar junto al Duero
La red de Paradores de España se ha unido a la campaña #aliadosdelosODS para trabajar en la difusión de estos objetivos de las Naciones Unidas. El parador Antonio Machado de Soria invita a los visitantes al medio ambiente, tras habilitar una senda junto al río Duero.
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El parador de turismo de Soria ha colaborado junto a ASFOSO en la habilitación de la senda de Los Llanos, que se encuentra en Dombellas, en el municipio de Garray, junto al río Duero.
La ruta, de cuatro kilómetros, de ida y vuelta, está a una altitud de 1.025 metros sobre el nivel de mar.
Con la poda de los árboles que se encontraban en las márgenes de la senda, la retirada de aquellos que estaban secos y muertos, y el desbroce del matorral invasor, se ha conseguido mejorar y conservar los bosques, aumentar la biodiversidad y reducir al máximo el riesgo de inicio de un eventual incendio forestal.
A lo largo de esta senda, el caminante podrá disfrutar de una gran variedad de vegetación ligada al río y zonal que de forma ininterrumpida lo flanquea, caracterizada por la secuencia de numerosas formaciones vegetales que varían según descendemos al río o nos alejamos de él.
Nenúfares, alisos, fresnos, abedules, sauces blancos, quejigos, rebollos, pinos… nos acompañan en el camino, donde la tranquilidad, con el Duero siempre presente, es enorme.
La senda y sus alrededores está habitada por una gran variedad de comunidades faunísticas que comparten el lugar: nutrias, ratas de agua, gran variedad de anfibios como la ranita de San Antón, trucha común, barbo común, garza real, mirlo acuático, ánade real, martin pescador, corzo, ciervo, jabalí, tejón y zorro.
Si mira hacia la otra orilla del río, puede verse un bosque de pinos silvestres, también llamados pinos albares, que son los que principalmente pueblan esa margen, en Valonsadero. Con suerte, podrá ver con se acercan las vacas o algún corzo y se alimentan de la vegetación que crece bajo ellos.
El tramo recuperado de la senda del Duero finaliza, tras cruzar una chopera, a la altura del molino de Salas o del tío Nicolas, que estuvo activo hasta principios de los años 60, cuando murió su último molinero, el “tio Nicolás”, que vivía en el molino.
Allí, los vecinos de las zonas próximas (Santervás y Dombellas) molían trigo, cebada y yeros que acarreaban con yuntas de vacas.
Antes se podrá admirar una encina centenaria. La encina es una especie sumamente longeva que puede llegar a vivir hasta un milenio. Debe saber que la encina fue el árbol sagrado de Zeus, de celtas y druidas, y es el dominante de los climas secos.
Montes de socios
El Monte de los Llanos es un ejemplo de Montes de Socios, que tienen su origen, de forma mayoritaria, en las épocas desamortizadoras (1855-1924) cuando el Estado expropió y puso a la venta terrenos de naturaleza forestal donde los vecinos de los pueblos venían desarrollando las actividades que sustenteban su forma de vida (pastoreo, aprovechamiento de maderas, leás, cultivos, caza, etc.)
El monte “Los Llanos”, y otros de Dombellas y Santervás de la Sierra fueron subastados por el Estado entre los años 1868 y 1874, y adquiridos en comunidad por la mayoría de los vecinos de estos pueblos. Enseguida constituyeron una sociedad para el disfrute, regulación de usos y aprovechamiento sostenible de los frutos que estos montes producían.
Ciento cincuenta años después, tras varios cambios de nombre y diversas vicisitudes, la sociedad propiedad tiene el nombre de Sociedad Civil “Carrascal, Tomillar, Llanos, Cuesta y Otros”, integrada por cerca de 300 socios. Su espíritu, plasmado en sus vigentes estatutos, sigue siendo el mismo que el de sus primitivos compradores: “La conservación y protección del entorno natural y del medio ambiente”.
Estos montes disponen de un Plan de Gestión aprobado por la Junta de Castilla y León en 2006. Desde 2007 cuentea con Certificado de Gestión Forestal Sostenible PEFC.