La escuela de música de Golmayo, una realidad consolidada
La escuela de música de Golmayo se ha convertido en una realidad en crecimiento, desde que se pusiera en marcha hace casi una década.
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La escuela dio sus primeros pasos en 2008, ya con el curso escolar avanzado, con una profesora que acudía a enseñar saxofón, con una veintena de alumnos. Marisol Rupérez, ahora concejala de Cultura del Ayuntamiento de Golmayo y entonces profesora, se encargaba de todo. Poco a poco fue aumentando instrumentos, con guitarra, piano, flauta, trompeta, percusión...
"El Ayuntamiento lo puso en marcha informándose de otras escuelas municipales. Y después de mucho pelear, se puso en funcionamiento", ha recordado la directora Ana María Navazo.
La actual directora ha apuntado que hace tres o cuatro cursos se empezó con música a edad temprana, además de música y movimiento.
Además este es el tercer curso con la big-band en marcha, que facilita que accedan personas de fuera de la propia escuela pero ya con ciertos conocimientos musicales.
"Empezamos con 20 alumnos al principio y ahora rondarán los 150", ha subrayado.
En lenguaje musical y música en movimiento, los alumnos asisten dos veces a la semana. Los más pequeños sólo acuden un día a su clase de música en edad temprana.
En el instrumento, los alumnos acuden de forma individual a la escuela.
A la escuela acuden niños de Golmayo y Soria y todos los años, según ha resaltado, se forma una buena cartera de alumnos que terminan entrando en el Conservatorio de Música.
"Intentamos ser muy cercanos y familiares. Con los padres intentamos tener mucha complicidad. Estamos siempre a su disposición. Los seis profesores somos una piña, nos llevamos muy bien, lo que es importante a la hora de trabajar", ha apuntado.
Ahora de lo que más alumnos hay en la escuela es de piano y de guitarra. Los alumnos pagan una cuota mensual, dependiendo de si está empadronado o no.
A la escuela se le van quedando pequeñas las instalaciones. Tienen que hacer encaje de bolillos para aprovechar los espacios y compatibilizar usos (comparte inmueble con la biblioteca municipal).
