La campaña arqueológica en Numancia documenta la ciudad celtíbera quemada por Escipión
Los trabajos realizados en esta campaña arqueólogica en el yacimiento de Numancia han permitido documentar el nivel de la ciudad romana y se ha podido alcanzar, en una parte significativa de la manzana, el nivel de una ciudad celtibérica, que muestra evidencias de haber sido quemada y destruida.
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El delegado territorial, Manuel López, ha visitado esta mañana el yacimiento arqueológico de Numancia, en el que el equipo arqueológico que dirige Alfredo Jimeno está desarrollando, desde el pasado 17 de julio, la campaña de excavaciones 2017, financiadas por la Junta de Castilla y León con 18.150 euros.
Además, ha compartido la experiencia de los jóvenes del campo de trabajo ‘La Numancia celtibérica’ y ha podido comprobar el avance de las obras de rehabilitación de la casa celtibérica, con una inversión prevista por la Consejería de Cultura y Turismo de 30.000 euros.
Los trabajos de excavación, en el marco del Plan de Investigación de la Junta de Castilla y León, se centran en la manzana XXIV, que ocupa aproximadamente unos 1.600 metros cuadrados, y se han planteado como continuación de los trabajos iniciados en 2016, encaminados a valorar las posibilidades que puede ofrecer esta manzana completa.
Desde su inicio se han excavado unos 400 metros cuadrados, abarcando toda su anchura, de norte a sur y, en la actual campaña, el proyecto plantea trabajar en una superficie similar.
Según Jimeno, “los trabajos realizados en la manzana XXIV han aportado una documentación significativa, que vienen a apoyar la superposición estratigráfica de Numancia, una ciudad superior romana y, por debajo de esta, dos ciudades celtibéricas”.
Ha recordado que la excavación se aborda desde la perspectiva de las relaciones espaciales y, dado el marco del trabajo, a nivel microespacial. La recuperación de información del espacio se lleva a cabo a través de las relaciones espaciales entre los elementos arqueológicos, realizando el registro tridimensional de todos ellos.
Las labores se han centrado inicialmente en el nivel de época romana, “que ofrece las características bastante deterioradas por su superficialidad, ‘arañada’ por los trabajos agrícolas durante muchos años, pero al mismo tiempo hemos podido comprobar la dificultad que plantea en Numancia la diferenciación de los niveles estratigráficos (superposición de ciudades) y las estructuras de barro, que representan uno de los problemas nunca superados en este yacimiento, como podemos deducir de la lectura e interpretación de los trabajos antiguos (Taracena, 1924:77; Wattenberg, 1963:12; 1972:66)”, ha manifestado el profesor Jimeno.
Avance de resultados
Se ha delimitado la manzana XXIV para conocer las características de su compartimentación general, para hacer la determinación de muros y estructuras a localizar y conservar.
Los trabajos realizados en esta campaña, ha asegurado Jimeno, “han permitido documentar el nivel de la ciudad romana y se ha podido alcanzar, en una parte significativa de la manzana, el nivel de una ciudad celtibérica, que muestra evidencias de haber sido quemada y destruida, como se deduce de las características de los adobes y postes quemados, que constituían las paredes de las casas, que en gran medida se muestran disgregados por incendio. Se han podido diferenciar algunos muros de casas celtibéricas y en algunas zonas determinar los suelos, pero todavía queda por rebajar una parte significativa de la manzana”.
Hasta el momento se han podido documentar las estratigrafías, constatando los niveles de la ciudad de época romana y un nivel celtibérico, “que no hemos podido diferenciar todavía si se trata de la ciudad destruida por Escipión (133 antes de Cristo) o la ciudad destruida en las Guerras Sertorianas (75-72 antes de Cristo). Además, ha aclarado Jimeno, “se ha realizado el posicionamiento de todos los materiales y estructuras, así como el índice de concentración de materiales y su densidad media”.
En los trabajos de campo participa un equipo constituido por 60 personas (en dos turnos de 30), formado por doctores, licenciados y alumnos de la Universidad Complutense de Madrid, Universidad Autónoma de Madrid, Universidad de Salamanca, Universidad de Castilla La Mancha, Universidad de Zaragoza y York University de Canadá.
Este equipo se ha reforzado con la incorporación, en esta primera quincena de agosto, de los 22 jóvenes del campo de trabajo de modalidad de arqueología ‘La Numancia celtibérica’, que se desarrolla en Garray por la Consejería de Familia e Igualdad de Oportunidades (Dirección General de Juventud), en colaboración con la Diputación Provincial de Soria.
Reparación de la casa celtibérica
Entre los años 1999 y 2000 la Junta reconstruyó en el yacimiento de Numancia, con técnicas de arqueología experimental, una casa romana, una celtibérica y dos tramos de muralla. El carácter frágil de los elementos utilizados (adobe, madera, barro y paja) y las inclemencias de una meteorología en ocasiones extrema, requiere un mantenimiento periódico y hace necesario realizar arreglos puntuales para conservar en buen estado las construcciones.
Este tipo de reconstrucciones dan un valor añadido al yacimiento, se trata de unos recursos muy valiosos para la divulgación de este espacio, ya que permiten comprender la tecnología y la forma de vida de la época por parte del visitante, obteniendo una experiencia más auténtica del lugar.
El delegado territorial, que ha estado acompañado en la visita por el jefe del Servicio Territorial de Cultura, Carlos de la Casa, y la arqueóloga territorial, Elena Heras, ha comprobado el avanzado estado de las obras de reparación de la casa celtibérica. Aunque al igual que en el resto de espacios reconstruidos ya se han realizado actuaciones anteriores de restauración, en esta ocasión la inversión prevista por la Consejería de Cultura y Turismo para la reparación de esta casa es de 30.000 euros, actuación realizada por la empresa Areco Arqueología S.L. que incluye trabajos complementarios de reparación de aceras y muros del entorno o cerramiento de la bodega, así como la cartelería.
Uno de los elementos principales de la actuación ha sido la reconstrucción de la cubierta, con la instalación y fijación de un nuevo manto de paja de centeno para recuperar su grosor óptimo, recolocando, así mismo, las varas de sujeción desplazadas y reparando los aleros. Para ello se ha empleado una técnica recuperada de la tradición, el engavillado, consistente en el empleo de haces de paja ya cortados atados entre sí.
Se ha reparado el revoco exterior para reducir las fisuras mediante la aplicación manual de mortero de barro, que debe contener la cantidad de arcilla y arena adecuada y aditivos de fibras naturales para conferir al revoco mayor estabilidad, dureza y resistencia a los agentes climáticos adversos. También se ha limpiado y aplicado revoco ligero de barro en el interior de la casa.
Además de pequeñas reparaciones de carpintería (ajustes de ventanas, puertas y trampilla), se mejorará mobiliario y los utensilios del interior de la casa, incluyendo al menos dos esteras, dos pieles, una tijera de esquilar, una colodra, una vajilla de madera, un puñal biglobular y una espada de ‘La Tene’ con vaina de cuero.
Estos trabajos, que se realizarán bajo supervisión arquitectónica y arqueológica del Servicio Territorial de Cultura, concluirán con la sustitución de los vinilos de los carteles explicativos con el mismo diseño y colocación.