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Medinaceli

Ocho paradas obligadas para conocer Medinaceli

Medinaceli tiene huellas de su historia para dar y tomar.  Sobre un cerro, tiene testimonios de la presencia de diferentes culturas. Le ofrecemos ocho puntos que tiene que visitar para conocerla mejor.

1 Arco romano. Es único en la Península por su triple arcada, orientalizante, probablemente del primer tercio del II. En línea con la muralla mira al valle, al itinerario de Antonino (de Caesaraugusta a Toledum) indicando al viajero la frontera entre el Convento Jurídico Cluniense y el Caesaraugustano. Las señales del friso denuncian una inscripción perdida; otros relieves o mármoles en los templetes ciegos también informarían sobre su misión. El monumento sigue el modelo del arco de Trajano, con una decoración simple pero eficaz. Es el emblema de la Villa medinense y el modelo utilizado en toda la señalización de nuestro país para indicar monumentos nacionales.

Fabricado por completo en sillería, se reforzaron sus juntas con cantos y mortero. Su tamaño es de 13,20 metros de longitud por 8,10 metros de altura y 2,10 metros de grosor. El vano central servía para el acceso de carruajes y animales, mientras que los pequeños vanos laterales eran para ciudadanos y viajeros a pie.

Desde él, las vistas del entorno de la Villa son espectaculares. A más de 1200 metros de altura, se domina todo el entorno: el cerro de la villa vieja (Occilis), los valles de Arbuxuelo y el Jalón y las salinas. Fue declarado BIC (Bien de Interés Cultural) en la categoría de Monumento en 1930.

2. Convento de Santa Isabel. Fundado por las Clarisas en 1528, único en activo de los cuatro con los que contó la Villa. Se organiza en torno a un patio central y se halla adosado a la iglesia de San Martín (de origen románico y ampliamente restaurada en el siglo XVIII). Muestra en su portada las ventanas con molduras y un bello arco escarzano enmarcado con el cordón franciscano. Con la invasión francesa, las monjas tuvieron que dejar el convento en noviembre de 1808 e iniciar una vida errante, acogidas por vecinos de loa pueblos cercanos y algunos familiares, y hasta 1814 no se regularizó su situación. El convento fue expoliado de los objetos de altar más valiosos.

En la segunda mitad del siglo XX y lo que llevamos del XXI, la comunidad ha tenido diferentes altibajos, similar al resto de comunidades, notándose la disminución de vocaciones femeninas, y la alta edad de las religiosas conventuales. El mantenimiento del edificio cuenta con la colaboración del Ayuntamiento, y actualmente subsisten gracias a la venta de dulces de reconocida calidad. Están adscritas en su vida religiosa al Convento madre de Soria, y cuentan en estos momentos con 10 religiosas.

3. Nevero Medieval: Presenta forma cilíndrica; cubierto con cúpula y situada en la ladera noroeste de la Villa, lo podemos incluir en los denominados “Pozos de nieve”. Está realizado mediante sillares de caliza, junto con alguna toba y/o arenisca ligados con argamasa. Muestra una puerta adintelada de poca altura en el lado noroeste y una ventana de pequeño tamaño abierta al sur.

4. Plaza Mayor: Conjunto de gran belleza donde sobresale el Palacio Ducal y la Alhóndiga (siglo XVII). El Palacio, renacentista (XVI-XVII) se organiza en torno a un patio central, con arcos de medio punto en la galería inferior y rebajados en la superior; igualmente impresionante resulta la caja de la escalera de acceso. Faltan las dos torres que coronaban los extremos de la fachada.

El primitivo palacio se construyó hacia 1430-1435. Era de planta cuadrangular, una sola altura y con idénticas dimensiones al actual. Estaba organizado en torno a un patio de columnas, mediante salas alargadas con cámaras en los extremos. En la fachada que daba a la plaza mayor, se abrían escasas ventanas, algunas con balcones, y una sola torre hacia la calle de la Azotea. Alberga un mosaico hallado en la Villa y es un Centro Cultural dinamizador de la localidad donde se celebran exposiciones y festivales.

Frente al Aula Arqueológica, se localiza La Alhondiga, un pequeño edificio del siglo XVI reconocible por su fachada de doble galería con cuatro arcadas en cada una y por el escudo ducal que preside su entrada. Nació como casa pública destinada al comercio de cereal; la planta superior se convirtió en Casa del Concejo y la parte trasera fue la cárcel del partido judicial.  En su fachada, podemos encontrar placas conmemorativas tanto al Cid como al poeta Gerardo Diego. Se trata, probablemente, de la construcción más antigua de la plaza, y su construcción llama la atención desde un primer momento, siendo aún hoy el edificio más fotografiado por viajeros y turistas.

5- Arco Árabe.Una de las  cuatro puertas (de la calle Kardo) del primitivo campamento romano. Debió ser reconstruida y ligeramente variada en su posición en tiempos árabes (de ahí su nombre) y vuelta a retocar tras la reconquista cuando toma su actual aspecto de arco tumido, ojival.

También conocida como Puerta de la Villa, es la entrada más occidental a la ciudad y una de los accesos originales del primer asentamiento romano. Pese a su origen imperial, debió ser reconstruida y ligeramente variada en su posición en la época árabe, y de ahí su nombre.  Las numerosas reformas que ha sufrido a lo largo de los siglos han variado ligeramente su construcción original.

En el siglo XII, cuando Alfonso I “El batallador” conquista de nuevo estas tierras, de nuevo se reformó el aspecto de la puerta. En 1370, cuando Medinaceli pierde su condición de Concejo independiente y pasa a pertenecer a Bernal de Bearne, la ciudad vuelve a amurallarse, y es probable que fuera entonces cuando la puerta adquiere su aspecto ojival. La última de las reformas data de 1969. Junto a ella, se establecían frecuentemente mercados, dada la escasez de grandes espacios en la ciudad.

6 Murallas: Se han encontrado restos de cimentación celtibéricos sobre los que edificaron los romanos con grandes sillres. A su llegada, los árabes encontraron “muchos sennales antiguos que non se pueden desfacer” y Galib, por orden de Abd al Rahman III, reconstruye las defensas en el 946. Los castellanos les suceden en la labor y en 1128 Alfonso VII vuelve a restaurarlas. Los diferentes estilos son bien patentes en los lienzos sobrevivientes.

7. Castillo. El castillo de Medinaceli, situado en el extremo occidental de la muralla romana y casi completamente reconstruido sobre la primitiva alcazaba árabe, está separado de las edificaciones por el llamado Campillo del Castillo. Fechado en el siglo X, cuya misión era dar aviso por medio de señales visuales a la guarnición de Medinaceli de cualquier avistamiento en los valles cercanos. Escasos son los restos que han llegado hasta nuestros tiempos de un castillo de suma importancia en el medievo.

Los árabes hicieron de Medinaceli el cuartel general de sus correrías por el Duero. Su caudillo, Almanzor, herido en la batalla de Calatatañazor, murió camino de Medinaceli en 1002, y la tradición señala que está enterrado en el cerrillo cuarto próximo a la localidad, aunque otros sitúan el interior de la desaparecida alcazaba como su lugar de enterramiento.

8. Colegiata de Nuestra Señora de la Asunción. Se trata de un edificio de estilo gótico tardío erigido en el lugar de una iglesia románica dedicada a Santa María, de la que solo queda la cripta bajo el altar mayor. Se accede a través de sus dos puertas; la primera, del siglo XIX, da al sur, y está cobijada por un pórtico de tres arcos de medio punto. La otra, llamada Puerta del Carmen, es más sencilla y da al norte. Un cuerpo adelantado sobre el plano del muro abre la puerta norte, llamada también del Carmen. Un arco mural doblemente engolado cobijando el óculo completa la ornamentación de la portada consiste en un arco mural doblemente engolado y varias pilastras con remate de pirámides y bolas, típicas del gótico tardío. En su interior, destacan la Rejería gótica (1634), que sirve para cerrar el Coro y la Capilla Mayor, y que guarda también la hermosísima talla en madera del Santísimo Cristo de Medinaceli, donada en el siglo XVI por los duques. La Colegiata está, actualmente, culminando una obra de restauración e impermeabilización del tejado, y próximamente volverá a abrir sus puertas a fieles y visitantes.

 

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