El beaterio de San Román, en la "Lista Roja"
El beaterio de la iglesia de San Román ha sido incluido en la "Lista Roja" de la asociación Hispania Nostra, por su mal estado de conservación.
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La razones para su inclusión son los problemas detectados en la cubierta, que han supuesto la caída de las bóvedas centrales y condenará finalmente la cabecera.
"Si no se remedia, se producirá la ruina completa de todo el conjunto, incluida la caja de muros perimetral que ha empezado a ceder en algunos puntos", ha advertido la citada asociación, que vela por la conservación del patrimonio.
El convento de San Román está formado por un heterogéneo conjunto de edificaciones diversas realizadas en piedra de mampostería, con refuerzos de sillería en las esquinas que sufrieron reformas durante los siglos XVII y XVIII, excepto la puerta del convento, cuyo magnífico arco de entrada se podría datar entre los siglos XV y XVI.
Poseía dormitorio común y celdas diseminadas, sala de labor y capítulo, refectorio y una sala baja donde se guardaban los ornamentos de la iglesia.
La propiedad estaba toda ella rodeada por un muro perimetral, incluyendo un vallado que cerraba una plazoleta o atrio frente a la puerta principal de la iglesia; prácticamente todo el flanco norte de dicho muro parece levantarse sobre un antiguo lienzo de muralla, que en diversos tramos y especialmente bajo las actuales ruinas de la sacristía del siglo XVIII levantada sobre la anterior ermita de los Cuerpos Santos, consta de buenos bloques de sillería de piedra arenisca desgastados por el tiempo.
La iglesia de San Román fue una de las 12 iglesias que llegó a cobijar el recinto murado de Medinaceli junto a las de San Andrés, San Pedro, San Martín, Santiago, San Juan del Baño, Santiuste, San Nicolás, Santa María, San Miguel, San Juan del Mercado y San Gil, según se desprende de la relación de iglesias realizada en 1566.
Al erigirse la iglesia de Santa María en Colegiata y ser derribadas las otras iglesias parroquiales, se entregó San Martín a las monjas franciscanas de Santa Isabel y San Román a las Beatas de la Purísima Concepción Jerónima que se hallaban próximas.
Por su construcción, denotaba ser el templo más antiguo de la villa ya que según Nicolás Rabal pertenecía “al estilo románico o más bien mudéjar, pues tiene un tinte árabe muy marcado”. Algunas teorías sostenían que el primitivo templo había sido una sinagoga aunque las excavaciones realizadas en el mismo en 1980, no determinaron pruebas concluyentes de su pasado judío.
Las observaciones realizadas en 1978, antes de su completa ruina, realizadas por Basilio Pavón Maldonado sí que apuntaban a su origen mudéjar, enmascarado bajo las bóvedas de yeso y un aspecto renacentista-barroco.