Veintiún pasos procesionan en el Santo Entierro en El Burgo
La catedral de El Burgo de Osma, que estos días festivos triplica su población, ha sacado esta noche a la calle a veintiún pasos en la procesión del Santo Entierro, la más numerosa de todas las que se celebran en la provincia y que está declarada de interés turístico regional.
A las nueve de la noche ha partido el cortejo desde la catedral para recorrer durante más de dos horas el casco histórico de la Villa Episcopal y regresar nuevamente al templo, en un itinerario jalonado de público, que llena estos días de Semana Santa a El Burgo de Osma y ocupa sus 500 plazas hoteleras.
Soldados romanos, cornetas y tambores, cruz procesional, estandarte de la Cofradía, niños hebreos, Entrada de Jesús en Jerusalén, Santa Cena, Oración en el Huerto, Beso de Judas, Flagelación del Señor, Jesús atado a la columna, Coronación de Espinas, Ecce-Homo, Jesús de Medinaceli, Jesús con la cruz a cuestas, nazarenos con la Cruz, Caída de Jesús, La Verónica, Cristo de la Luz, La Crucifixión, Virgen Dolorosa, Descendimiento de Cristo, La Quinta Angustia, La Piedad, Santo Sepulcro, Virgen de la Soledad y Banda de Música, son los pasos que han concentrado la atención del público un año más en las calles de El Burgo de Osma.
La Semana Santa burgense cuenta desde 1997 con el reconocimiento de fiesta de interés turístico, concedida por la Junta de Castilla y León.
En total más de cuatrocientos burgenses se han vestido de cofrades en esta procesión, un número importante si se considera que la población censada se cifra en poco menos de 5.000 personas, y que es mayor si se considera a las personas que colaboran en la organización de la Semana Santa.
"Para El Burgo de Osma, la Semana Santa son unas fechas muy significativas; El Burgo de Osma está a tope", ha señalado su alcalde, Jesús Alonso.
La Semana Santa, junto con los de las fiestas patronales de San Roque, en agosto, llenan de vida El Burgo de Osma, en el que pasa de 17.000 personas, tres veces más que a diario.
Aunque la mayor parte de las tallas son de principios y mediados del siglo XX, realizadas en el taller de imaginería de Olot, hay otras tallas anteriores, alguna de ellas del siglo XVII.
Ahora la más antigua que procesiona es la talla del Cristo de San Antón, que procede de México y es del siglo XVII, que trajo el obispo Palafox desde Puebla para colocarlo en la ermita de San Antón, donde tenía su sede una especie de cofradía, la escuela de Cristo.
Antaño fue habitual que participara en la procesión una valiosa talla del siglo XVI, obra de Andrés de Nájera, conocida como Jesús Sentado en la Cruz, que pertenecía a la catedral y que dejo de salir a la calle para evitar el deterioro de la imagen, colocada habitualmente en la hornacina de la capilla de San Pedro de Osma, en la catedral.
La cofradía de los Misterios y el Santo Entierro de Cristo es una recreación de otra más antigua, la de la Vera Cruz, documentada en el siglo XII y que se perdió en el siglo XX, en tiempos de la II República y posterior Guerra Civil española.
"La cofradía de los Misterios se encargó de recuperar la Semana Santa, a mediados del siglo XX, englobando todas las imágenes y los pasos de las procesiones. En El Burgo no hay varias cofradías sino una que centraliza todo y cada paso tiene su jefe y la gente que lo acompaña. Pero todos pertenecen a la misma cofradía", ha explicado Alonso.
