Fermín Herrero comparte en El Burgo su lectura poética "Poesías para los pueblos"
El poeta soriano Fermín Herrero comparte esta tarde en El Burgo de Osma su lectura poética con acompañamiento musical “Poesías para los pueblos”.
inaugurada en El Burgo la exposición "Sipnosis", del escultor Emilio Rocha
Invitado de lujo este lunes en El Burgo de Osma, Fermín Herrero, un poeta que por la intensidad, integridad y altura de su obra ha conseguido un reconocimiento a nivel nacional, premio Hiperión, Gil de Biedma, Castilla y León de las Letras o el de la Crítica de poesía castellana entre otros.
El acto patrocinado por la Diputación Provincial de Soria, comenzará a las 20:00 horas, en el centro cultural San Agustín, y con este este acto se cierran las actividades complementarias de la XXXVIII edición del Curso de Verano Santa Catalina,
“Poesía para los pueblos” es una lectura poética con acompañamiento melódico de guitarra y teclado mediante música original, compuesta expresamente para secundar los poemas. La mayoría de los textos seleccionados tienen temática y sentido rurales, de ahí el título, se centran en una civilización campesina en vías de desaparecer desde la convicción de que en ella se encuentran nuestras raíces y razón de ser.
reivindicación no se realiza con voluntad etnográfica, ni siquiera con tintes nostálgicos, sino a partir de la certeza de que aquella cultura, casi extinguida, había decantado a lo largo de los siglos, amasada en la lentitud y el sosiego, al paso de las estaciones, una manera de expresarse poética de por sí, con un lenguaje y cantilenación únicos, que también se está perdiendo irremisiblemente.
Su poesía es un homenaje a la tierra humilde y desolada, a su Castilla natal y a la comarca soriana de Tierras Altas, arquetipo de la devastación y la soledad del entorno rural. Nacido en Ausejo de la Sierra en 1963, Fermín Herrero Redondo es licenciado en Filología Hispánica por la Universidad de Zaragoza y profesor de Lengua y Literatura Española en un Instituto en la capital vallisoletana (antes impartió docencia en el Instituto Antonio Machado, de Soria).
Hasta el momento lleva publicados una veintena de libros de poesía. ‘Anagnórisis’ (1994), poemario dividido en tres partes (“Singladuras”, “Permanencias” y “Diálogos”), inaugura sus temas centrales, como son la naturaleza, el elogio de lo humilde, los ciclos unidos a la existencia, la niñez en el entorno rural y la devastación producida por las ideologías que impregnaron la vida política del siglo pasado. Galardonado con el Premio Gerardo Diego, ‘Anagnórisis’ muestra además un estilo caracterizado por la mezcolanza de la hechura clásica con el verso libre.
Con ‘Echarse al monte’ (1997), Premio Hiperión, libro que refleja la escisión entre la vida y la poesía, retrató un mundo rural asediado por la sociedad actual, y en 1999 siguió esa misma senda, pero algo más optimista e intimista, con ‘Un lugar habitable’, Premio Ricardo Molina-Ciudad de Córdoba poemario que, según sus propias palabras, «trata de explorar otro territorio virgen, más íntimo, el lugar habitable entre el campo y la ciudad, el amor y el cansancio, la memoria y el instante». En prosa poética escribió ‘Paralaje’ (2000), que narra las biografías paralelas de un hombre y una mujer, mientras que ‘El tiempo de los usureros’ (2003) incide de nuevo sobre el mundo rural en el que desenvolvió su niñez.
Su Soria natal, tema reiterado en sus obras, está presente en ‘Endechas del consuelo’ (2005), Premio Fray Luis de León y en ‘Tierras Altas’ (2006), y lo mismo podría decirse de ‘Tempero’ (2011), que obtuvo el Premio Alfons el Magnaním de poesía. Por su parte, ‘La lengua de las campanas’ (2006) se compone de tres formas estróficas japonesas, tanka, haiku y cheedoka. En ‘De la letra menuda’, publicado en 2010, nos traslada a su infancia para recuperar visiones y sensaciones de un niño crecido en la naturaleza.
En 2012 obtuvo el Premio Ciudad de Salamanca de Poesía por el poemario ‘De atardecida, cielos’, una emotiva reflexión sobre el paso del tiempo y la caída del crepúsculo, y dos años después, el Premio Jaime Gil de Biedma por ‘La gratitud’, que también le ha procurado el Premio de la Crítica de Castilla y León (2015). En este último poemario aborda sentimientos o actitudes que se han perdido o están minusvalorados, como la propia gratitud, que le da título.
En 2017 le fue concedido el premio de la Crítica de poesía castellana a nivel nacional por ‘Sin ir más lejos’, que previamente había ganado el premio Jaén. En 2020 publicó ‘Húrgura’, en cuartetos tipo jueju, estrofa propia de la poesía china de la dinastía Tang. En 2021 volvió al tema de su tierra natal con ‘La tierra desolada’. Y en 2023 se ha editado su última obra, ‘Estancia de la plenitud,
Premio de las Letras de Castilla y León concedido en 2016 por el conjunto de su obra.
Es colaborador habitual del suplemento literario ‘La Sombra del Ciprés’, del periódico El Norte de Castilla y del ABC regional. Además de las obras citadas, Herrero ha participado en antologías como ‘Cambio de siglo. Antología de poesía española (1990-2007), publicada en 2008, ‘Animales distintos’ (2009) y ‘Fuera de campo’ (2013), entre otras.